Sin duda el caso de espionaje realizado por marinos con cámaras ocultas a sus compañeras de fragata Lynch ha marcado pauta en las últimas semanas.

Recordemos que los uniformados instalaron las cámaras en los dormitorios del personal femenino, en puntos estratégicamente seleccionados y luego compartieron las imágenes a través de un grupo de WhatsApp y otras redes sociales, pero con el correr de los días nuevos y aún más ‘escabrosos’ antecedentes ha salido a la luz.

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Según consignó La Estrella de Valparaíso, uno de los inculpados y el único detenido, Raúl Órdenes Vega, guardaba un calzón de una marinera espiada y este era utilizado como “trofeo de guerra”.

Según reveló el mismo medio porteño, la íntima prenda se encontró en la inspección de los casilleros del buque y aunque en primera instancia el detenido negó que se tratara de una pertenencia de una de sus compañeras de tripulación, diciendo que era de su polola, finalmente confesó, agregando que “otro de los imputados en la investigación fue el autor de la sustracción de la vestimenta desde una de las habitaciones de la compañera y señaló que la prenda posteriormente fue compartida entre ellos como si se tratara de un ‘trofeo de guerra'”.

Este nuevo dato de la causa salió a la luz luego de la apelación de los 8 marinos involucrados frente a la Corte Marcial  luego de que la defensa de los ocho marineros inculpados presentara este recurso para cerrar el procesamiento.

En la instancia y antes de ingresar a la apelación, la abogada defensora, Jacqueline Enríquez, señaló que el accionar de su defendido se debió sólo a hecho puntual, tildándolo de “niñería”, informó BioBioChile.

Cabe consignar que el resultado de la apelación podría conocerse en las próximas horas.