Unos rayados obscenos fueron los que dieron la voz de alarma, iniciándose una investigación que sacó a la luz la peor pesadilla de un padre: 14 niños fueron abusados sexualmente por el joven profesor Tito Viveros Brito (26), quien impartía clases en el colegio San Sebastián de Akiri.
Las denuncias comenzaron en marzo de 2014, a un año del ingreso de este docente, quien llegó luego de un reemplazo en la escuela Hermano Eugenio Eyraud, ambas en Isla de Pascua, como detalló Emol.
Tocaciones y actos de connotación sexual fueron las vejaciones que sufrieron estos menores en las mismas salas de clase y patios de ambos establecimientos. Su casa y el domicilio de las víctimas también fueron escenario de los delitos, ya que los niños lo invitaban a sus cumpleaños.
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Como explicó el fiscal Raúl Ochoa, la situación quedó al descubierto cuando este hombre se puso celoso del pololeo de una alumna con una de sus víctimas. Esto lo llevó a realizar graffitis obscenos, desatando una investigación. Grande fue la sorpresa de todos, al descubrir que el profesor se encontraba detrás de esto.
“Pedimos orden de entrada y registro e incautamos su PC, cámara y celular,y las pericias arrojaron que contenían videos y fotos de niños de la isla obtenidas también a través de Facebook, donde el docente se hacía pasar por una niña argentina de 14 años, llamada Florencia Hemswood”, detalló el fiscal.
Hoy, Viveros fue imputado por 21 cargos, entre los que se encuentran “almacenamiento y producción de material pornográfico infantil, daños, amenazas y 14 abusos sexuales”, como detalló este medio. Eso sí, existen otras 12 denuncias que no han sido incluidas en la carpeta.
La indignación de los familiares ha recorrido toda Isla de padcua: “Hicimos marchas hacia el centro penitenciario, que es un hotel 5 estrellas para él, y protestas durante todo este tiempo, porque queríamos que fuera sacado de la isla”, explicó la presidenta del centro de padres San Sebastián de Akiri, Silvia Moraga.
Es por esto que Viveros Brito debió ser trasladado hasta la cárcel de Valparaíso. La apoderada afirmó que “uno veía tan lejanas las cosas que pasaban en el continente y ahora nos tocó. Desconfiamos de todo. Nunca más será lo mismo que antes”.
