El lunes el pastor Soto protagonizó un polémico episodio en El Interruptor de Vía X, donde sin complicaciones lanzó duros comentarios contra homosexuales y la comunidad gay, además de pisar una supuesta bandera del movimiento LGBTI. Esto le significó su expulsión del programa.

Luego de esta polémica participación, en redes sociales se percataron de que la bandera que había llevado Javier Soto al espacio conducido por José Miguel Villouta, no era de la comunidad gay, sino que de la ciudad de Cusco, Perú.

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Por este error, el diario La Cuarta se contactó con el pastor, quien ahora atacó a los extranjeros: “Me da lo mismo. Igual que lo que predico en la Plaza de Armas. Cualquier extranjero que venga a hacer delincuencia y a robar, cortita, que pesquen sus banderas y se vayan del país”, comentó.

El religioso no mostró ninguna señal de arrepentimiento ante la polémica protagonizada, incluso mencionó que tenía más banderas como la que pisoteó en Vía X: “Mandé a hacer tres trapos de inmundicia, una la quemé afuera del Congreso Nacional. La otra se la quemé a Rolando Jiménez en su cara y tengo otra que uso en mi campaña contra el orgullo gay. Ese es mi tema”.

Respecto a sus comentarios en pantalla, aseguró que todo lo que se ha dicho de sus palabras son sólo excusas: “Aquí es bien simple, José Miguel Villouta es el niño símbolo de mi campaña contra el orgullo gay. Tuvo que comérsela todita”.

El error que se percataron en redes sociales de la bandera que ocupó el pastor Soto en El Interruptor, era que la del movimiento LGBTI, ideada por el activista Harvey Milk, tiene seis colores. Mientras que la de Cusco tiene siete colores, que representan al imperio Inca.