Tiene solo 10 años y vive en una isla escocesa del archipiélago Out Skeries junto a otros 76 habitantes. La historia de Aron Anderson se hizo conocida a finales de 2015, cuando se organizó una campaña que buscaba llevarles regalos y generar una red de contactos, ya que sus únicos amigos era unos patos.

La historia se conoció en casi todo el orbe, y a las pocas semanas comenzaron a llegar regalos y mensajes para navidad de 2015, pero, para alegría del menor, a la fecha no han parado, según publica la web francesa Doolittle.

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Para la navidad de 2015 recibió 9 mil cartas y regalos, ante la incrédula mirada de sus padres, que no podían creer lo que estaba pasando. Después de cenar, la familia se junta y leen uno a uno cada mensaje recibido.

El menor, que utiliza el único pupitre de su escuela, ha recibido desde regalos, cartas, cuentas de facebook y Xbox para mantener el contacto con el resto del mundo. Entre los remitentes se destacan Estados Unidos, Rusia, Canadá, Italia, Hungría, entre otras latitudes.

Cada tres días llega el ferry que trae los mensajes del continente y hacen que Aron tenga que ir en más de una ocasión a buscar lo que sus nuevos amigos le envían. Así, la soledad con la que vive el menor ha sido aplacada, gracias al cariño e influencia de las redes sociales.

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