Los años en el colegio fueron difíciles para Zac Aynsley. Aunque hoy es conocido como el ‘Señor Biceps’, su pasado trae sufrimiento y dolor a causa de las constantes bromas y burlas que recibía por su aspecto, era muy menudo.
“Toda la vida, siempre me tiraban para abajo, me decían que era un perdedor.Me hacían mucho bullying en el colegio, lloré en innumerables oportunidades porque las personas se reían de mí por la forma en que me veía”, comienza a contar este joven que hoy es una de las figuras más reconocidas del mundo del fisicoculturismo, con más de 500 mil seguidores en Instagram.
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“Cuando era pequeño era dolorosamente tímido y no tenía ninguna confianza en mí. Por eso todos me molestaba porque era este flacuchento débil que no les diría nada. Era tanto que en cierto punto todos los días eran un infierno. Sufría ataques de pánico en la noche y ansiedad todo el día. No quería hablar con nada, miraba hacia abajo siempre y estaba profundamente deprimido”, comentó Zac a Daily Mirror.
Cuando cumplió 18 años decidió darle un giro completo a su vida y comenzó a cambiar su cuerpo para recuperar toda la confianza perdida producto de los años de burlas y abuso.
Luego de un par de meses comenzó a ver resultados en su físico y le gustó. En 2013 fue contactado por un importante diseñador del mundo de las revistas de fisicoculturismo. Así pronto lo invitaron a Las Vegas para tomarse unas fotografías. Era una sola sesión, pero terminaron siendo casi una decena, que incluso lo llevaron a conocer a importantes personalidades del área, incluyendo a su ídolo, Arnold Schwarzenegger.
“Por años tuve a gente apuntándome, diciendo que era un inútil, que no valía nada pero ahí estaba Terminator, diciéndome que me veía increíble. Eso significó el mundo para mí”, señaló el ahora destacado modelo, que ha logrado cumplir varios de sus sueños.
“Si sólo pudieran ver lo duro que he trabajado para hacer que esto pasara. Horas y horas, masticando, alimentando mi coraje, ignorando a todos aquellos que se reían de mi, que me odiaban, o me hacía sentir odiado. Todavía recibo risas y odio. Nadie es perfecto, yo estoy lejos de ser perfecto. Pero, quieren saber cómo soy? Soy feliz” Escribió el joven en una publicación en Instagram donde dejó ver su transformación.
Hoy la vida de este rubio de ojos azules es pura felicidad, no sólo dejó atrás las burlas de los chicos, sino que también de las niñas, que solían, según confiesa, ser aún peores, porque se reunían en grupo para humillarlo. Seguramente hoy, muchas caerían a sus pies, pero el tiene una hermosa relación con su compañera fisicoculturista Abbey.
Y eso no es todo porque de ganar 40 dólares a la semana por ser DJ en una que otra fiesta, pasó a ganar millones sólo por mostrar su extraordinario cuerpo, trabajado con ejercicios físicos diarios y una dieta basada en consumo de proteínas cada 2 a 3 horas, para las cámaras de los más importantes fotógrafos de su área en el mundo.
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