Los programas de docurealidad están presentes prácticamente en todos los canales de televisión chilena y son parte de uno de los géneros que más agradecen los televidentes. Es por eso que espacios como Nadie está libre de Canal 13 y Alerta Máxima de CHV fueron beneficiados por la sintonía durante sus temporadas.

No obstante, tras la cuota de realidad que estos programas buscan compartir con los televidentes, se esconde una verdad bastante más incómoda.

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Esto porque durante esta semana la Contraloría General de la República ordenó un sumario en Gendarmería precisamente por las grabaciones que han realizado ambos programas de televisión, con la fin de establecer responsabilidades.

El motivo del sumario es que en los dos espacios televisivos se mostraba en cámara la vida de los internos en situaciones poco cotidianas, como la visita de personas externas, quienes alteraban el normal funcionamiento de estos. Además, se habría mostrado “imágenes de internos que al parecer no querían ser filmados. Así como del interior de los recintos y de algunas actividades privadas“, consigna El Mercurio.

Allí también se explica que este sumario es una respuesta a un requerimiento de la Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmería (Ansog). En el dictamen, se señala que Gendarmería “no se ajustó a derecho al autorizar la grabación de los referidos programas de televisión”.

Cabe señalar que el dictamen exige una autorización expresa de parte de la Contraloría cada vez que un programa de televisión desee grabar al interior de un recinto penitenciario. En esta línea, indican que no había motivos de peso para que personas ingresaran a las cárceles “a fin de que convivieran un determinado tiempo con los reclusos” y que “la distracción de recursos humanos y materiales, además de ser jurídicamente improcedentes, podrían poner en riesgo el cumplimiento de funciones propias de la institución”.