Después de tanta comida familiar y fiesta despidiendo el 2014, suele quedar un problemático recuerdo en el cuerpo: los kilos demás. Es por eso que muchos recurren a la bebida más light, tallarines integrales o las ensaladas para lograr bajar de peso. Pero un estudio revela que comer sano no siempre es buena idea…

Un reciente estudio, recogido por el portal Psychology Today, reveló que sentirse satisfecho tras una comida no sólo tiene que ver con la comida: también con tu percepción inconsciente del plato y la respuesta hormonal que se desencadena el verlo.

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¿Qué significa esto? Los investigadores de la Universidad de Stanford dividieron a sus voluntarios en dos grupos: a los primeros los convencieron de estar tomando un batido de vainilla sin grasas y bajo en azúcar y a los otros le dijeron que su batido tenía muchas calorías. Lo que ellos no sabían, es que estaban bebiendo lo mismo.

Al final del experimento, descubrieron que aquellos que tomaban el batido “saludable” sufrieron el aumento de una hormona llamada ghrelin, la cual disminuye la velocidad de nuestro metabolismo y estimula el apetito. Mientras que el otro grupo, que sabía que estaba consumiendo grasa y azúcar, se sentía más satisfecho y no recurría a segundos platos, por lo que mantuvieron o rebajaron su peso.

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Es decir: comer 600 calorías de un salteado de verduras podría ser peor que comer las 600 calorías de una hamburguesa, por el simple hecho de que no te sentirás satisfecho y querrás recurrir a más platos. Por lo que una buena recomendación para aquellos que están a dieta, es alimentarse de manera equilibrada, con platos que les gusten y centrarse más en el ejercicio.