Psicólogo y académico advierte las 7 cosas que nunca deberías decir en la cena de Navidad
Aunque la cena de Navidad suele asociarse a un espacio de calma, unión y celebración, lo cierto es que para muchas familias este encuentro puede transformarse en un terreno complejo. Basta, en ocasiones, un comentario aparentemente inocente para que el ambiente se tensione y todo cambie en segundos.
Así lo explicó Iván Adriazola, académico coordinador del Centro de Atención Psicosocial de la Universidad de Las Américas, sede Viña del Mar, quien abordó estas dinámicas familiares en conversación con BioBioChile.
Según el especialista, “la cena de Navidad suele presentarse como un momento de encuentro y celebración, pero, en la práctica, muchas familias llegan a esta instancia con historias cargadas de tensiones previas. Comentarios postergados, conflictos no resueltos o diferencias profundas tienden a reaparecer en la mesa”.
Temas que reactivan conflictos familiares
Desde una mirada psicológica relacional, el profesional plantea que no se trata de romantizar la fecha, sino de entender el contexto en el que se da este tipo de reuniones. En ese sentido, sostuvo que “más que idealizar la fecha, resulta útil comprenderla como un espacio donde se cruzan distintas formas de ver el mundo, muchas veces incompatibles entre sí“.
Bajo esa lógica, evitar ciertos temas durante la cena no responde a una forma de censura, sino a una manera consciente de reconocer asuntos sensibles que pueden reactivar conflictos del pasado: “En muchas familias, hablar de política, dinero, herencias o decisiones de vida, tales como separaciones, maternidad o elecciones laborales, puede generar rápidamente discusiones o juicios”, advirtió Adriazola.

Conversaciones que ayudan a cuidar el encuentro en Navidad
El académico recalcó que la cena navideña no siempre es el mejor espacio para abordar este tipo de intercambios profundos. Por el contrario, recomendó optar por conversaciones que permitan resguardar el clima familiar.
“La cena de Navidad no siempre es el mejor contexto para ese tipo de intercambios. En cambio, suele ser más protector promover conversaciones sobre experiencias compartidas, recuerdos familiares, anécdotas cotidianas o simplemente lo que cada uno ha estado viviendo en el presente”.
Finalmente, el especialista enfatizó que temas aparentemente simples pueden cumplir un rol clave en estas instancias. “Hablar de una película, un viaje, una mascota o una comida puede parecer superficial, pero muchas veces ayuda a sostener el encuentro sin dañarlo“, concluyó.
De esta forma, el llamado es a priorizar el cuidado del vínculo por sobre las diferencias, entendiendo que la Navidad, para muchos, también puede ser un espacio frágil que requiere atención y empatía.
7 cosas que es mejor no mencionar en la cena de Navidad
Para no estresar a tus seres queridos, recomendamos evitar las siguientes frases y temas en la mesa familiar de la celebración:
1. Comentarios políticos incendiarios
Evita los comentarios políticos o con carga ideológica excesiva. Investigaciones de la consultora Pew Research Center muestran que la polarización política aumenta los conflictos interpersonales, incluso entre familiares cercanos.
Esto genera respuestas defensivas, lo que deteriora los vínculos. Si buscas un momento de conexión, evita hablar de política, especialmente con tus familiares con posiciones diferentes. Este tema no activa el diálogo, sino el “modo amenaza”.
2. Preguntas sobre pareja o fertilidad
Las preguntas sobre futuros hijos, pareja o fertilidad no solo pueden ser incómodas, sino que incluso generar angustia.
Los especialistas de la clínica de salud reproductiva CER advirtieron que estas preguntas pueden causar dolor emocional en personas con problemas para concebir, o que atraviesan duelos reproductivos. Además, hay quienes deciden no querer ser padres.
3. Comentarios sobre el cuerpo
Los comentarios sobre la apariencia física -incluso los positivos- pueden generar presión, ansiedad y fomentar los trastornos de conducta alimentaria (TCA). Por lo mismo, la expresión “no se habla de cuerpos ajenos” es una forma de cuidar tu salud y la de los demás.
Hay que tener en cuenta que estas palabras son perjudiciales para los más jóvenes, según señalaron los especialistas de Psicología y Mente.
“Estos mensajes dañan la autoestima de los niños y las niñas, especialmente si vienen de personas a las que quieren”, expresó la psicóloga infantil Nerea López, agregando que esto también enseña a juzgar a los demás por su aspecto. “El mensaje es claro: no soy suficiente si no encajo físicamente. Y ese pensamiento les acompaña durante años”, añadió.
Aunque lo consideres un halago, tampoco está bien decirle a alguien que está delgado, pues refuerza la idea de que el aspecto es lo primordial, incluso a costa de conductas no saludables.
4. Comparaciones relacionadas con el éxito
La comparación social constante dentro de la familia se asocia a una menor autoestima y mayor resentimiento entre generaciones.
De acuerdo a Charlot Cauchi, psicoterapeuta Gestalt, “cuando las personas se comparan con miembros de su familia, estas comparaciones pueden influir significativamente en su autoestima, motivación y comportamiento“.
Evita erosionar la confianza de tus seres queridos, generándoles presión, angustia, molestia o estrés.
5. Invalidar cualquier problema de salud mental
De acuerdo a la National Institute of Mental Health de Estados Unidos, la invalidación social o familiar de trastornos como ansiedad, depresión o TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) empeora los síntomas y reduce la búsqueda de ayuda.
Negar la salud mental hace daño real, así que no hagas comentarios que le bajen el perfil a los problemas de este tipo que pueda tener uno de tus familiares.
6. Cualquier crítica a la comida
Estudios sobre rituales familiares muestran que las comidas compartidas refuerzan vínculos, siempre y cuando haya reconocimiento y respeto; la crítica genera estrés social inmediato.
Una regla infalible: no critiques a la persona que te está alimentando e invirtió tiempo para preparar lo que te estás llevando a la boca.
7. La introducción: “No es por criticar, pero…”
Si tu frase empieza de esta manera o del tipo “solo estoy siendo honesto (a)”, lo más probable es que vas a hacer pasar un mal rato a alguien.
Estas expresiones activan la resistencia automática, ya que el cerebro anticipa el ataque, aunque se disfrace de cortesía. Al comenzar diciendo eso, el comentario siguiente es una crítica y los demás lo saben.