Sociedad

Mujer cuenta cómo es ser la hija ‘gorda’ de una madre “regia”

Nicki Salcedo | Facebook

La presión del qué dirán. Los ojos posados sobre ti, juzgando, comparando. A tu lado tu madre, estupenda, regia y esbelta y tu, esperando no desteñir, llegar a su altura.

Algo así debe haber sentido Nicki Salcedo, una escritora oriunda de San Francisco, Estados Unidos, que dice haber crecido como la hija y hermana ‘gorda’ de su familia.

La mujer escribió un ensayo para Good Housekeeping, en el que cuenta lo difícil que fue crecer como la hija ‘gorda’ de una madre ‘flaca’.

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La primero que compartió fue una foto de su mamá cuando se casó a los 24 años, pesando sólo 45 kilos y luciendo simplemente radiante, a lo que agregó: “La última vez que yo pesé 45 kilos tenía 11 años. Mi mamá es brillante, preciosa e independiente. Espero tener algo de ella en mí. Siempre ha sido difícil de ver en todo caso, porque mi madre es flaca y yo gorda”.

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Vivió escuchando ‘piropos’ para su madre y oyendo a personas decir ‘tienes suerte de tener sus genes’, lo que para ella no fue así, porque a pesar de comer sano y hacer ejercicios de forma regular no logra cambiar su figura ‘rechoncita’, algo que recién ha comenzado a asumir.

Pero además de ver a su madre, tuvo que crecer con dos hermanas igual de estupendas que si heredaron el ‘adn’ de su progenitora. Y confiesa que a veces piensa que ellas se sienten ‘felices’ de que ella sea la ‘gorda’.

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Ir a la playa y ver a su madre en bikini, mientras ella se preocupa de sus hijos, es era un calvario para Nicki.

‘Su estomago es plano, un milagro bastante particular considerando que tuvo tres hijos. Mi estómago nunca fue así, incluso antes de tener niños. Es 32 años mayor que yo y hasta sus pechos son más firmes que los míos de alguna manera. Simplemente no está bien”, escribe la complicada hija en su publicación.

Sin embargo, con el tiempo logró dejar atrás su preocupación por el tema físico y apreciar otros aspectos de su relación familiar.

“Aunque no heredé los genes de mi madre, si heredé algo mucho más importante, sus valores. Miro a mis hermosos hijos y espero que nunca se sientan agunstiados o sientan dolor por sus formas. Espero que no comparen sus cuerpos con el mío. Más que nada quiero modelar las cosas correctas para mis niños. La importancia del amor propio, de mantener activos y sobre todo de valorar a su familia”, cierra su ensayo esta mujer que dice haber entendido que nunca tendrá el cuerpo de su madre, pero que eso no es un problema.