Diez mitos de Cristóbal Colón que no sabías: ¿realmente descubrió América?
En las escuelas y a lo largo de los años se ha crecido con la idea de un Cristóbal Colón heroico y revolucionario, pero en realidad hay una serie de mitos que desmienten esta narrativa implantada.
El conquistador de América cambió la historia para siempre con sus viajes realizados entre 1492 y 1504. Aunque significó una gran hazaña, los pueblos indígenas que llevaban miles de años habitando el continente se vieron altamente afectados.
Según consigna Perfil, estos mitos de Cristóbal Colón están desglosados y explorados uno a uno, con evidencia documental respaldada y análisis de expertos para revelar al hombre detrás de esa osada figura.
Mito 1: Colón descubrió América
La frase “Colón descubrió América en 1492” es un clásico, pero ignora que el continente ya estaba habitado por millones de indígenas durante al menos 10.000 años. Además, no fue el primer europeo en pisar sus costas.
El vikingo Leif Erikson llegó a Terranova (actual Canadá) alrededor del año 1000 d.C., estableciendo un asentamiento en L’Anse aux Meadows, confirmado por excavaciones arqueológicas con datación por carbono.
Colón llegó a las Bahamas el 12 de octubre de 1492, creyendo que había llegado a las Indias Orientales, y nunca puso un pie en el actual territorio de Estados Unidos. Su “descubrimiento” fue, en realidad, un encuentro accidental que inauguró la colonización europea, pero no un hallazgo de tierras vírgenes.
Mito 2: Cristóbal Colón era español de nacimiento
Aunque navegó bajo la bandera de los Reyes Católicos, Colón no era español. Nacido en Génova (actual Italia), en una familia de tejedores y comerciantes, su origen genovés está documentado en cartas y registros notariales de la época.
Italia no existía como nación unificada hasta 1861, por lo que era un ciudadano de la República de Génova, con influencias portuguesas tras años en Lisboa.
Estos mitos persisten especialmente en narrativas hispanocéntricas, que adoptan a Cristóbal Colón como héroe nacional, pero la evidencia lingüística y genealógica lo sitúa firmemente en el norte de Italia. Recientes estudios genéticos (2024) sugieren posibles raíces judías sefardíes en España, pero no alteran su nacimiento italiano.
Mito 3: Cristóbal Colón demostró que la Tierra era redonda
Esta es una de las leyendas más duraderas, popularizada por el escritor Washington Irving en su biografía de 1828.
Desde la Antigua Grecia se aceptaba la esfericidad de la Tierra: en el siglo IV a.C., Aristóteles comprobó este hecho al observar la sombra lunar, y en el siglo III a.C., Eratóstenes calculó con precisión su circunferencia.
Los eruditos europeos del siglo XV, incluidos los consejeros de los Reyes Católicos, no dudaban de la forma del planeta; el debate era sobre su tamaño. Colón subestimó la distancia a Asia en unas 8.000 millas, lo que lo llevó a “descubrir” América por error.
Mito 4: Los barcos de Colón se llamaban oficialmente Niña, Pinta y Santa María
Los nombres que todos recordamos son, en su mayoría, apodos informales dados por la tripulación. La dueña nombró a la Niña originalmente como ‘Santa Clara’; llamaron a la Pinta ‘La Pintada’ (por sus velas pintadas) o simplemente usaron un sobrenombre; y probablemente bautizaron a la Santa María como ‘La Gallega’, en honor a su origen gallego.
Estos detalles se conocen gracias a los diarios de Colón y registros portuarios españoles. El mito de los nombres “oficiales” romantiza la expedición, pero oculta la modestia de los navíos.
Mito 5: Colón fue el primer europeo en cruzar el Atlántico
Reforzando el mito del “descubrimiento”, se ignora a los nórdicos. Erik el Rojo fundó Groenlandia en el siglo X, y su hijo Leif Erikson exploró Vinland (posiblemente Nueva Escocia o Terranova) en el 1000 d.C., como narran las sagas islandesas y confirman hallazgos arqueológicos de herramientas y estructuras vikingas. Colón, cinco siglos después, no fue pionero, sino el que estableció un contacto permanente —y destructivo— con Europa.
Mito 6: Colón sabía que había encontrado un Nuevo Mundo
Hasta su muerte en 1506, Colón insistió en que había alcanzado Asia. Llamó “indios” a los taínos por error, y en su cuarto viaje (1502-1504) describió la costa de Venezuela como parte de China.
Sus cartas y diarios, preservados en archivos españoles, revelan una obsesión por encontrar el Catay (China) y Cipango (Japón). Solo después de su muerte, con los mapas de Américo Vespucio, se reconoció la existencia de un continente nuevo.
Mito 7: Los indígenas recibieron a Colón con los brazos abiertos
La imagen idílica de nativos hospitalarios es falsa. Aunque los taínos de Guanahaní (Bahamas) inicialmente ofrecieron regalos por curiosidad, Colón los vio como oportunidades de esclavitud: en su primer viaje, capturó a siete para llevarlos a España como “especímenes”.
En La Española (Haití/República Dominicana), impuso tributos brutales de oro, castigando con amputaciones a quienes no cumplían. La población taína cayó de 300.000 en 1492 a apenas 500 en 1548, por enfermedades, esclavitud y suicidios masivos.
Mito 8: Colón introdujo la sífilis en Europa
Se culpa a Colón de traer esta enfermedad de América, pero evidencias médicas y arqueológicas la sitúan en Europa milenios antes. Textos griegos antiguos describen síntomas similares, y un brote en Hull (Inglaterra) en el siglo XIII precede a 1492.
El aumento post-Colón se debió a mejores registros y movilidad, no a un “regalo” americano. Estudios genéticos de la bacteria “Treponema pallidum” sugieren un origen eurasiático.
Mito 9: Colón murió en la pobreza y olvidado
Colón vivió cómodamente en Valladolid hasta 1506, sufrió de artritis, pero con una pensión real. Sus herederos demandaron a la Corona por derechos perpetuos sobre las Indias, ganando litigios que duraron hasta 1790 y amasando fortunas.
Su fama era internacional: reyes y eruditos lo celebraban como explorador, aunque criticaban su gobernación.
Mito 10: Colón solo realizó un viaje y regresó triunfante
Colón hizo cuatro expediciones: la primera en 1492 (Bahamas, Cuba, Española); la segunda en 1493 (colonización de Española); la tercera en 1498 (Surinam, Venezuela); y la cuarta en 1502 (Honduras, Panamá).
La tercera terminó en desastre: arrestado por tiranía, regresó a España encadenado en 1500. Su último viaje lo dejó varado en Jamaica, salvado por un eclipse lunar que usó para intimidar a los locales.