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Diez descubrimientos en América que dejaron atónitos a los europeos

10 alimentos de América que sorprendieron a los europeos
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La llegada de Cristóbal Colón a América introdujo una serie de nuevos alimentos y recursos que sorprendieron a los europeos. El cacao, inicialmente consumido como bebida amarga en Mesoamérica, se convirtió en un lujo para la nobleza en Europa, impulsando el mercado del chocolate. El tabaco, descubierto en el Caribe, se convirtió en una adicción que conquistó Eurasia, generando booms económicos y críticas por su impacto. Otros productos como las papas, el maíz, los tomates, los chiles, la vainilla, las piñas y los pavos transformaron dietas y culturas en Europa, generando obsesiones y cambios significativos. Por último, la fiebre del oro impulsada por los imperios azteca e inca enloqueció a conquistadores y mercaderes, financiando guerras y marcando el inicio de la esclavitud y el comercio global.
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La llegada de Cristóbal Colón a América no solo trajo una era de colonización y conquistas, sino que también un montón de nuevos alimentos, animales, plantas y recursos que sorprendieron a los europeos.

Según informó Perfil, aunque algunos provocaron sorpresa o rechazo, muchos de estos productos alimentaron a la gente y contribuyeron a la economía hasta hoy, transformando las dietas y la historia del mundo.

1. El chocolate: de bebida amarga a obsesión cortesana

Los conquistadores españoles, como Hernán Cortés, encontraron el cacao en las civilizaciones mesoamericanas, donde se consumía como una bebida fermentada y amarga desde al menos el 1400 a.C., según restos en vasijas hondureñas. Introducido en Europa en el siglo XVI, inicialmente se endulzó con azúcar para hacerlo palatable, convirtiéndose en un lujo de la nobleza.

Su valor económico era tal que los granos de cacao servían como moneda en la América, asombrando a los europeos por su novedad y versatilidad. Pronto, generó una obsesión: reyes como Carlos V de España lo adoptaron, y para el siglo XVII, se expandió por cortes europeas, impulsando el comercio y la cultura del chocolate caliente, que hoy representa un mercado global.

2. El tabaco: la adicción que conquistó Eurasia

Colón descubrió el tabaco en las islas caribeñas, donde los indígenas taínos lo usaban en rituales y con fines medicinales. Los europeos lo probaron en 1492, pero su introducción masiva vino con los conquistadores, quienes lo llevaron a España alrededor de 1511.

Considerado una de las “drogas más importantes de la humanidad”, causó una adicción rampante en Europa, África y Asia, matando a más personas en el Viejo Mundo que las enfermedades europeas en América.

Su cultivo generó booms económicos en colonias como Virginia, obsesionando a mercaderes y fumadores; reyes como Jacobo I lo criticaron como “hierba del diablo”, pero no detuvieron su expansión, que transformó hábitos sociales y agrícolas.

3. Las papas: la revolución agrícola que evitó hambrunas

Los incas cultivaron papas en Perú hace miles de años, y en la década de 1550 los conquistadores españoles las llevaron a Europa. Inicialmente vistas con desconfianza —algunos las creían venenosas—, su facilidad de cultivo en climas fríos y alto valor nutricional las convirtieron en un staple entre 1700 y 1900.

Líderes como Federico II de Prusia y Catalina la Grande las promovieron para aumentar poblaciones y soldados, generando un boom demográfico en el norte de Europa. Sin embargo, la dependencia extrema llevó a desastres como la Gran Hambruna irlandesa de 1845-1852. Su impacto “volvió locos” a agricultores y gobernantes por su potencial para combatir el hambre y sostener imperios industriales.

La papa de América sin duda salvó a los europeos de sufrir hambre extrema.

4. El maíz: el grano versátil que alimentó continentes

El maíz se originó en el sur de México hace 9.000 años, y los exploradores lo encontraron en vastas plantaciones indígenas. Introducido en Europa post-1492, su capacidad para crecer en suelos pobres y rendir múltiples cosechas al año asombró a agricultores, convirtiéndose en un alimento clave en África y Asia para el siglo XIX.

En Europa, sirvió como forraje para ganado, impulsando la ganadería y previniendo hambrunas. Su almacenamiento duradero facilitó el comercio de esclavos en África, pero también centralizó los poderes estatales. Los europeos quedaron obsesionados con su productividad, representando hoy más del 20% de la comida mundial.

5. Los tomates: de “manzanas venenosas” a base de la cocina mediterránea

“En la década de 1550, los españoles trajeron tomates de Centroamérica a Europa, donde al inicio la gente los temía por su asociación con plantas tóxicas y porque su ácido reaccionaba con platos de peltre, liberando plomo”.

Llamados “manzanas del amor”, los tomates superaron el estigma para volverse esenciales en España e Italia, transformando salsas y dietas. Su versatilidad asombró a cocineros, generando una obsesión culinaria que redefinió la gastronomía. Hoy, son un pilar global, pero su introducción inicial “volvió locos” a los escépticos con su eventual aceptación masiva.

6. Los chiles: el picante que encendió paladares mundiales

Los chiles provenían del sur del Amazonas, los indígenas los comerciaban y Colón los encontró más tarde. Introducidos en Europa vía Portugal, su picor variado —desde dulces hasta intensos— fascinó y “volvió locos” a exploradores y mercaderes, expandiéndose rápidamente a India y África.

Los chiles de América transformaron cocinas globales, añadiendo especias exóticas que obsesionaron a gourmets europeos, quienes los adoptaron en platos cotidianos pese a reacciones iniciales de sorpresa por su ardor.

7. La vainilla: el aroma exótico y costoso

Cultivada por los totonacas, en México oriental, la vainilla crecía silvestre en árboles americanos. Introducida en Europa post-conquista, su rareza y complejidad de polinización la convirtieron en una de las especias más caras del mundo, obsesionando a pasteleros y perfumistas. Su dulzor sutil generó una demanda loca en cortes reales, impulsando el comercio y la innovación en postres y bebidas.

8. Las piñas: la fruta espinosa y dulce de las islas

Encontradas por la tripulación de Colón en Guadalupe en 1493, las piñas originarias de Brasil y Paraguay asombraron por su apariencia exótica y sabor jugoso. Aunque no se popularizaron en Hawái hasta 1885, en Europa se convirtieron en símbolo de lujo, cultivadas en invernaderos para la nobleza, volviendo locos a anfitriones que las usaban como decoración y delicia en banquetes.

9. Los pavos: el ave novedosa que reemplazó al pavo real

Los indígenas domesticaron pavos en México, y en el siglo XVI los españoles los llevaron a Europa, donde su tamaño y sabor impresionaron y reemplazaron a otras aves exóticas en los festines.

Su facilidad de crianza generó una obsesión agrícola, expandiéndose por granjas europeas y transformando tradiciones como el Día de Acción de Gracias, aunque eso vino después.

10. El oro: la fiebre que impulsó conquistas masivas

Aunque no biológico, el oro abundante en imperios como el azteca e inca obsesionó a conquistadores como Cortés y Pizarro, quienes lo saquearon en cantidades inéditas. Introducido en Europa, generó inflaciones económicas y una “fiebre del oro” que enloqueció a monarcas y mercaderes, financiando guerras y exploraciones, pero a costa de genocidios indígenas. El deseo por metales preciosos impulsó la esclavitud y el comercio global.