Las matemáticas las ocupamos diariamente en la vida: para sacar cálculos cuando vamos al supermercado, a la feria, para dar bien un vuelto, entre otros. Incluso, para cocinar, atendiendo las cantidades que se necesitan para elaborar una receta.
Sin embargo, existen personas que tienen grandes dificultades con ellas y a esto se le llama discalculia (algunas veces mal llamado “dislexia de las matemáticas”).
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La discalculia es un trastorno que se caracteriza por la alteración del sentido numérico y del cálculo, que afecta al aprendizaje. Suele confundirse con otros trastornos como el del déficit atencional -TDA y TDAH-, bajo coeficiente intelectual e incluso, la flojera a la hora de estudiar.
Para tratar este trastorno existe una página online llamada Smartick.com -una plataforma que imparte clases de matemáticas a niños de 4 a 14 años- que a través de un test online permite identificar de manera fácil el riesgo de tener discalculia. Si el resultado da positivo, los expertos de Smartick aconsejan llevar al niño a un pediatra para que éste lo derive con un neurólogo (Puedes hacer la prueba aquí).
“Un niño sin diagnosticar sufre, se siente torpe y no entiende el por qué de sus dificultades para tareas numéricas que otros niños hacen con facilidad“, explicó Francisca Fuensalida, vocera de Smartick Chile y agrega: “El diagnóstico (…) permite además rebajar los niveles de ansiedad que sufren, que pueden afectar a su autoestima y llegar a provocar el abandono escolar”.

¿Cómo noto que mi hijo tiene discalculia? Fuensalida indica que siempre hay que “estar atento a cosas como leer mal la hora en un reloj o la patente de un auto, así como tener dificultades para memorizar números de teléfonos, secuencias numéricas o calcular mal el vuelto de una compra”.
Además, explica que los niños con este trastorno “necesitan un entrenamiento adaptado, diario y basado en la comprensión profunda de conceptos y procedimientos. Los ejercicios y actividades de un plan de estudios personalizados pueden ayudar mucho a los alumnos que presentan estas dificultades”.
Recomendaciones de un experto
Para los padres:
1. No sentirse culpables por el problema de su hijo o hija.
2. Dar apoyo y facilitar que el niño comprenda que tiene dificultades con el aprendizaje
3. Aumentar su interacción con las matemáticas diariamente, como realizar ejercicios.
4. Proporcionar apoyo de profesionales, “tanto en el colegio y si es necesario fuera de casa. La plataforma online también brinda apoyo”.
Para los profesores:
1. Reforzar “las habilidades matemáticas básicas y no tanto las curriculares. Sin comprensión de lo básico no hay progreso posible”.
2. Entregando “materiales suplementarios para el aprendizaje o materiales manipulativos”, como reglas, fichas, entre otros.
3. Dando más tiempo para el aprendizaje y también a la hora de realizar evaluaciones.
4. Haciendo que sus pares entiendan de qué se trata el trastorno y así generar “comprensión” entre sus compañeros.