Campaña "Podrías ser tú" visibiliza violencia de género contra casos que la ley de aborto no cubre

"¿Sabes lo que se siente enterarse de que estás embarazada de tu agresor?" Esta es una de las preguntas que busca instalar la campaña "Podrías ser tú", una iniciativa que visibiliza historias de mujeres que, por distintas razones, quedan fuera de la protección de la Ley de Tres Causales.

El caso de Constanza, basado en un testimonio real de la campaña, es uno de ellos. Era estudiante cuando logró huir, con apoyo familiar, de una relación violenta. Semanas después, descubrió que estaba embarazada.

“Me hundí en la angustia. Mi hermano me ayudó a conseguir pastillas en el mercado informal. No fue fácil. En Chile, cuando no calificas, el camino se vuelve clandestino”, relató la joven.

La historia de Constanza expone uno de los principales vacíos de la normativa: la violencia de género. A más de ocho años de la promulgación de la Ley de Tres Causales (riesgo vital, inviabilidad fetal y violación), el sistema no contempla una vía de acceso para mujeres que viven esta realidad.

Según estadísticas de la Encuesta Nacional de Violencia Intrafamiliar y Violencia contra la Mujer (ENVIF-VCM), aproximadamente 4 de cada 10 mujeres en Chile ha vivido violencia de pareja alguna vez en su vida. A esto se suma que la proporción de quienes denuncian ha disminuido, ampliando la "cifra negra" de vulnerabilidad.

Macarena Lara Herrera, abogada y directora de ABOFEM, una de las organizaciones impulsoras de la iniciativa, la respuesta debe ser sanitaria y de política pública: reglas claras, plazos y acceso asegurado para que ninguna mujer quede desprotegida.

“Las tres causales fueron un avance, pero dejan fuera a demasiadas mujeres. Cuando no hay puerta legal, muchas recurren a métodos clandestinos, poniendo en riesgo su salud y su vida. Lo que necesitamos es abrir esa puerta para quienes hoy no están contempladas”, precisó la jurista.

Casos no amparados por la Ley de Aborto en Tres Causales

Esta desprotección no solo puede afectar a víctimas de violencia. También quedan fuera pacientes oncológicas cuyo riesgo no es “inminente”, o mujeres que atraviesan trastornos de salud mental.

Además, incluso para quienes sí califican, persisten barreras estructurales. La objeción de conciencia, la falta de información o las demoras en derivaciones que, en la práctica, convierten un 'sí' legal en un 'no' operativo.

Para Francisca Millán, socia fundadora de AML Defensa de Mujeres, la otra organización tras la campaña, el enfoque actual es un error operativo y ético.

“Si mujeres, familias y sociedad pudieran hablar y solicitar la prestación de salud sin miedo, sacaríamos de la oscuridad lo que hoy no está regulado”, comentó la abogada.

“Con reglas claras, plazos y acceso asegurado, el Estado opera mejor. Criminalizar cuesta caro: revictimiza a mujeres y desvía recursos que deberían protegerlas”, puntualizó Millán.