La noche del 12 de octubre de 1974, la comunidad de California, Estados Unidos, quedó impactada con el macabro crimen de Arlis Perry, de 19 años.
La mujer fue encontrada semidesnuda y con marcas de violencia sexual, en el altar de la Iglesia Conmemorativa de la Universidad de Stanford.
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Todo se originó luego de que la víctima tuviera una fuerte discusión con su esposo Bruce, por lo que concurrió hasta el recinto religioso para poder meditar.
Luego que la joven no regresara a la casa, su marido fue a buscarla por el campus, para posteriormente llamar a las autoridades locales pasada las 3 de la madrugada.
Según consignó Infobae, testigos afirmaron ver en la iglesia a Steve Crawford, un guardia de seguridad de la universidad, quien fue el que encontró el cuerpo de Arlis.
Las pistas que permitieron resolver el crimen de Arlis Perry
En dicha escena del crimen, se encontró una huella de la palma de una mano en las velas de cera que estaban en el lugar y también restos de semen.
En tanto, según el informe policial, el homicidio estaría relacionado a un presunto ritual satánico, vinculado con el macabro asesino serial David Bercowitz, quien se hizo llamar “El Hijo de Sam”.
Sin embargo, y debido a falta de pruebas, el caso se mantuvo “congelado”, hasta que en 2018, una prueba de ADN dio un enorme vuelco en esta historia.
Luego de más de cuatro décadas de indagaciones, la justicia pudo confirmar que Steve Crawford era el responsable de tan brutal asesinato.
Los antecedentes que atraparon al responsable del crimen de Arlis Perry
El sujeto, quien era un militar veterano con pasado en la policía local, se vengó de la Universidad de Stanford robándose libros y obras de arte, luego que le redujeran su trabajo, incluso sin tener posibilidad de ocupar armas.
Por estos delitos, el hombre fue obligado a entregar su material genético en 1974, quedando en la base de datos de las autoridades, el cual años después fue contrastado con el que se encontró en el lugar de los hechos, aclaró el citado medio.
Posteriormente, el 28 de junio de 2018, detectives llegaron hasta el departamento de Crawford, quien en ese entonces tenía 72 años, para efectuar su arresto por su responsabilidad en el crimen de Arlis Perry.
Tras tocar la puerta de la vivienda, el asesino pidió unos minutos a la policía para vestirse.
Sin embargo, debido la demora del acusado, los efectivos ingresaron al inmueble, encontrando a Steve muerto en su cama con una pistola en la mano y una nota de su suicidio con fecha de 2019.
Finalmente, el criminal decidió acabar con su vida al dispararse en la cabeza, llevándose a la tumba todos los detalles que sucedieron en aquella fatídica noche, en donde la joven de 19 años dejó este mundo trágicamente.
