Jacqui Fowler no lo pasó bien en el colegio, debido al tamaño de su busto. Con solo 13 años ya ocupaba copa E de sostén, lo que generaba el acoso de los preadolescentes y por supuesto, las burlas de estos.

“Los chicos trataban de agarrarme y se desafiaban a tocar mis senos. Me sentí muy aislada en la escuela y eso se ha prolongado hasta la edad adulta”, comenta a The Sun la mujer que actualmente tiene 34 años y que ocupa talla de ropa interior 44L.

Por lo mismo es que inició una campaña en GoFundMe para recaudar fondos con el fin de financiar una operación de reducción de senos, la cual cuesta alrededor de 8 mil euros (poco más de 7 millones de pesos).

Y es que su decisión no pasa solo por algo estético, sino que el tamaño de sus pechos le han provocado un severo dolor de espalda -le diagnosticaron ciática y sufre fibromialgia- el cual, entre muchas otras cosas, le impide ir a dejar a su hijo de 8 años al colegio.

“El ejercicio suave como caminar sería útil, pero por el momento solo estoy tratando de sobrevivir todos los días con tanto dolor. Antes intenté hacer ejercicio para perder peso, pero me resulta difícil correr o saltar, porque mis senos rebotan”, comentó afligida.

Cabe señalar que cada uno de sus senos pesan alrededor de 6 kilos, lo que también le ha dificultado la tarea de encontrar ropa interior.

Jacqui Fowler
Jacqui Fowler

Acusa discriminación

Por todo esto es que decidió ir al National Health Service (NHS) -entidad de prestaciones sanitarias públicas del Reino Unido- para ver la opción de someterse a la cirugía, pero allí le dijeron que tenía que reducir su índice de masa corporal, algo difícil de conseguir, producto de que no puede hacer actividad física por los dolores que le provocan sus senos.

“Me siento tan molesta (…) parece que están dando una excusa tras otra. Siento que por tener sobrepeso me discriminan“, afirmó Fowler, quien pesa alrededor de 100 kilos en la actualidad.

Su última opción es hacer la operación en un recinto privado, por lo que debe reunir la mencionada cifra, algo que también se la ha puesto cuesta arriba.

“He intentado pedir ayuda a mi familia y acercarme a organizaciones benéficas sin suerte. También busqué préstamos privados, pero no puedo pagar los reembolsos”, se lamenta.

Finlamente, y esperando conseguir el monto requerido en GoFundMe, cuenta cuál es su objetivo: “Quiero mezclarme con la multitud en la calle, sin que los hombres me miren lascivamente (…) veo a los hombres dándose codazos para mirar. No quiero esta atención, solo quiero vivir una vida normal”, sentenció.