Randa Ali es una niña de tres años que vive en Al Khadich, un campo de desplazados de la provincia de Hajjah, ubicada en el norte de Yemen, el país más pobre de la península arábiga.

La pequeña pesa tan sólo cuatro kilos, y su historia es un duro reflejo de la situación que viven niños y adultos de esa nación arrasada por la guerra.

“Cada vez que su estado se agrava, nos dicen de llevarla al hospital, pero no tenemos dinero para pagar el transporte”, explicó Saleha Nasser, madre de la menor de edad desde el asentamiento.

Allí viven más de 2.600 familias que día a día se enfrentan a la cara más estremecedora de la injusticia y la pobreza y el hambre extremas.

Tumbada en una cama de hierro en el interior de una humilde vivienda que se parece a las miles que se yuxtaponen en esa zona de tierras áridas, la falta de comida azota a Randa así como a más de cuatro millones de niños, según estimaciones de la organización Acción contra el Hambre.

“Las medicinas no hacen nada. Su cuerpo sigue siempre igual”, señala con desesperación Saleha a la agencia AFP.

Perfil / AFP
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Yemen surgió tras la unificación de Yemen del Norte y Yemen del Sur en 1990, y su vida actual como nación está marcado por conflictos armados, secesionismo y surgimiento de grupos terroristas. La guerra descarnada entre el gobierno, respaldado desde 2015 por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, y los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, no muestra indicios para cambiar las condiciones de vida de los civiles de todo el país.

Escasez de comida

La Organización de la Naciones Unidas (ONU) considera la situación en Yemen como una de las peores catástrofes humanitarias del mundo, y ha advertido a la comunidad internacional contra un riesgo de hambruna a gran escala (más de 16 millones de yemeníes pasan hambre).

Las agencias de ayuda se encuentran rápidamente cortas de dinero. A finales de enero, “casi dos tercios de los principales programas de ayuda de la ONU habían sido reducidos o cerrados”, lamentó el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths.

En ese sentido, señaló que la falta de financiación de ayuda humanitaria en Yemen “no tenía precedentes”.

“Jamás en el pasado habíamos imaginado privar de comida a millones de personas hambrientas”, insistió Griffiths, quien también manifestó que el Programa Mundial de Alimentos “redujo las raciones alimentarias de ocho millones de personas” en Yemen, a fines de 2021.

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Perfil / AFP
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La guerra en Yemen parece no tener fin

Según Amnistía Internacional, se están cometiendo violaciones graves de derechos humanos en todo el país, algunas de las cuales podrían ser constitutivas de crímenes de guerra. El conflicto que devasta Yemen dejó 377.000 muertos, la mayoría por las consecuencias indirectas de los combates como el hambre, las enfermedades o la falta de agua potable.

Según Ahmed Al-Achoual, director del hospital de Abs, la principal ciudad de Hajjah, cientos de niños sufren malnutrición aguda en los campos de desplazados de esta región fronteriza.

“Llegamos a recibir más de 300 casos por mes. Y estos no son más que los que pueden venir al hospital, porque muchos no tienen los medios”, indicó el médico a AFP.