Sociedad

Estudios revelan que si un adolescente usa el sarcasmo puede ser un signo de inteligencia

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Cuando los niños entran a la adolescencia, comienzan a usar la ironía de forma más frecuente. A pesar de que sus padres suelen enojarse por este comportamiento, el uso del sarcasmo puede ser señal de una mente flexible y creativa.

Según sicólogos y neurocientíficos, para entender el sarcasmo de forma correcta el cerebro debe superar numerosas dificultades, por lo que se necesita más desarrollo mental que para entender frases literales, informó la BBC.

De hecho, un niño tarda años en comprender y dominar la ironía, por lo que esta forma de lenguaje es una prueba de madurez y desarrollo cerebral.

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Según Penny Pexman, psicolingüista de la Universidad de Calgary en Canadá, el uso del sarcasmo puede ser bastante desafiante y tarda años en concretarse dentro de cada individuo.

De acuerdo con sus estudios, el entorno familiar del niño o niña puede influir en su comprensión y el uso del sarcasmo. Es decir, que si su círculo cercano usa la ironía de forma frecuente, es mucho más probable que los niños desarrollen esa habilidad.

“Alrededor de los 4 años, los niños desarrollan la capacidad de captar la perspectiva de otra persona y reconocer que la creencia que alguien podría tener en su mente es diferente a la suya”, señaló la experta.

La complejidad del sarcasmo viene en que la persona debe comprender qué es lo que quiere decir el interlocutor y las formas en que pretende que el oyente lo interprete. Es decir, es un proceso de dos pasos y lleva tiempo en dominar.

El uso de la ironía como forma de humor o de burla se desarrolla alrededor de los 9 o 10 años, según Pexman.

Ironía, humor y creatividad

Ruth Filik, psicóloga de la Universidad de Nottingham en Reino Unido, realizó un experimento en el cual los participantes debían recostarse en un escáner fMRI mientras leían algunos escenarios de sucesos cotidianos, en los cuales algunos diálogos eran levemente sarcásticos.

Al leer los sarcasmos, se activó la red de “mentalización” que ayuda en la comprensión de creencias e intenciones de otras personas. Pero también se creó una mayor actividad en las redes semánticas involucradas en el procesamiento general del lenguaje y en las regiones cerebrales involucradas en el humor.

“Es más desafiante averiguar cuáles eran las creencias de la otra persona, por qué dijeron eso y si están tratando de ser malos o divertidos”, señaló Filik.

En otro estudio, Li Huang de la escuela de negocios de Insead en Fontainebleau, Francia, junto a colegas de Harvard y Columbia, demostró que decir, recibir o recordar un sarcasmo ayuda a catalizar el pensamiento creativo.

Por otro lado, el sarcasmo como forma de humor nos puede ayudar a enfrentar la frustración o el estrés de mejor manera. Según Kathrin Rothermich de la Universidad de Carolina del Este en Greenville, puede ser una forma de desahogarse.

De hecho, uno de sus estudios demostró que el uso del sarcasmo por parte de personas ansiosas y deprimidas aumentó durante la pandemia del COVID-19.

Aunque estos estudios fueron hechos con adultos, es probable que los adolescentes también experimenten sensaciones similares al usar la ironía, viéndolo como un mecanismo para combatir situaciones difíciles o sentimientos negativos.