El británico Harold Frederick Shipman, más conocido más tarde como el “Doctor Muerte”, fue uno de los peores asesinos seriales de la historia, ya que se le computan 218 crímenes, todos ellos pacientes suyos.
En el juicio al que fue sometido por 15 asesinatos fue condenado con una cadena perpetua por cada uno de ellos el 31 de enero de 2001, hace 21 años.
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Nacido el 14 de enero de 1946 en el Condado de Bestwood, en Nottingham, y fallecido el 13 de enero de 2004, tras suicidarse en la cárcel, este sujeto fue acusado de matar a esas personas con inyecciones letales de morfina, cuando gozaban de muy buena salud.
Shipman, de adolescente, era un gran jugador de rugby en las ligas juveniles, al tiempo que se destacó como corredor. Era muy apegado a su mamá, quien murió de cáncer de pulmón cuando él tenía 17 años.
Esta situación tan particular pudo haber marcado al “Doctor Muerte”, ya que su madre recibía morfina en la última etapa de la enfermedad, cuando ya era terminal, algo que iba a formar parte de su modus operandi con los pacientes.
Shipman estudió medicina en la Escuela de Medicina de Leeds y se graduó en 1970, al tiempo que comenzó a trabajar en Pontefract General Infirmary en Pontefract, Yorkshire oeste, y en 1974 obtuvo su primer puesto como médico general en el Centro Médico Abraham Ormerod en Todmorden, al oeste de Yorkshire.
El delito iba a empezar a formar parte de su vida en 1975 cuando lo atraparon falsificando prescripciones de petidina para su propio uso. En aquella oportunidad fue multado con 600 libras y obligado a asistir a una clínica de rehabilitación de drogas en York.
Asimismo, continuó trabajando como médico en Hyde durante la década del ´80 y en 1993 fundó su propia clínica en Market Street, momento en el cual se había convertido en un miembro respetado dentro de la comunidad.
Sin embargo, nada hacía sospechar que ya era un “monstruo” porque llevaba una gran cantidad de pacientes asesinados.
Mató a 171 mujeres y 47 hombres durante 25 años
En marzo de 1998, la doctora Linda Reynolds que trabajaba en la clínica Brooke Surgery en Hyde, justo enfrente de la clínica de Shipman, fue a visitar a John Pollard, el coronel de distrito de South Manchester, preocupada por los altos índices de mortalidad entre los pacientes del facultativo.
Es que se habían producido una gran cantidad de incineraciones de ex pacientes de Shipman, en su mayoría mujeres mayores. En ese sentido fue acusado de haber matado, entre 1975 y 2000, a 171 mujeres y 47 hombres, de entre 41 y 93 años.
La Policía empezó a investigarlo, pero no había pruebas para detenerlo, quizá porque la fuerza usó efectivos con poca experiencia.
La última mujer que asesinó fue Kathleen Grundy, una anciana de Hyde, quien el 24 de junio de 1998 murió en su casa. La muerte de ella puso a la policía en alerta, ya que estaban seguros de que no había sido en forma natural.
Es que la última persona en verla con vida había sido el doctor Shipman, quien luego firmaría su certificado de defunción, alguien al que ya investigaban desde hacía un tiempo.
La hija de Grundy, la abogada Angela Woodruff, quedó consternada cuando el abogado de su madre, Brian Burguess, le informó que la última voluntad de su madre había sido desheredarla, donando el total de su herencia, 386.000 libras esterlinas, justamente al “Doctor Muerte”.
Woodruff denunció el hecho en la Policía, por lo que el cuerpo de la anciana fue exhumado y examinado y se le encontraron niveles elevados de morfina.
Con estas pruebas, Shipman fue finalmente arrestado el 7 de septiembre de 1998.
Caso único
Tras este suceso, la policía comenzó a examinar otras muertes certificadas por este doctor y elaboró una lista de 15 muertes sujetas a investigación, en todos ellos hubo sobredosis de morfina y los certificados de defunción estaban firmados por Shipman.
El juicio del “Doctor Muerte”, cuyo juez fue Mr. Forbes, comenzó el 5 de octubre de 1999 y este médico fue procesado por las muertes de Marie West, Irene Turner, Lizzie Adams, Jean Lilley, Ivy Lomas, Jermaine Ankrah, Muriel Grimshaw, Marie Quinn, Kathleen Wagstaff, Bianka Pomfret, Naomi Nuttall, Pamela Hillier, Maureen Ward, Winifred Mellor, Joan Melia y Kathleen Grundy, ocurridas entre 1995 y 1998.
El jurado deliberó seis días y lo condenó el 31 de enero de 2000 por el asesinato de 15 de sus pacientes a 15 cadenas perpetuas consecutivas y recomendó que nunca fuese liberado.
Dos años después, el entonces secretario de Gobierno de Gran Bretaña, David Blunkett, aceptó la sentencia, justo meses antes de que ese país perdiera el poder de fijar las sentencias mínimas de los asesinos.
Asimismo, en febrero de 2002, Shipman fue expulsado del Registro Nacional de Médicos británicos. El acusado negó insistentemente su culpabilidad y nunca hizo declaraciones sobre sus actos, mientras su defensa intentó, en vano, que no se lo procesara por el asesinato de la señora Grundy, alegando que no había motivos suficientes para inculpar a Shipman.
Además, su esposa, Primrose, mantuvo firmemente la inocencia de su esposo, incluso después de su condena. De esa manera, Shipman es el único médico en la historia de la medicina británica encontrado culpable de asesinar a sus pacientes.
Se quitó la vida en su celda
El “Doctor Muerte” no aguantó más encerrado y finalmente se ahorcó en su celda de la prisión de Wakefield a las 6:20 del 13 de enero de 2004, un día antes de cumpleaños número 58. A las 8:10 fue declarado muerto: el Servicio Penitenciario indicó que se había colgado de las barras de la ventana de su celda usando sábanas.
Las familias de las víctimas no estaban contentas con el suicidio de Shipman, porque nunca obtendrían la respuesta al por qué de los asesinatos de sus pacientes.
Se estima que en total mató a 218 personas, pero con el correr de los años se cree que pudieron ser muchos más hasta llegar a los 260.
En total, 459 personas murieron mientras estaban bajo su cuidado, más allá que es incierto cuántas de estas eran víctimas de Shipman, quien era el único que certificaba las muertes. Incluso, se cree que mató a tres pacientes, y que tenía serias sospechas acerca de cuatro muertes más, entre ellas la de una niña de 4 años cuando recién comenzaba como médico.
Por otra parte, seis doctores que habían firmado cremaciones de víctimas de Shipman fueron acusados de mala praxis por el consejo médico general, ya que se remarcó en las presentaciones judiciales que ellos debían haber notado el patrón de visitas que el asesino serial efectuaba con sus pacientes antes de que éstos murieran.
Los facultativos finalmente fueron absueltos y el único condenado fue el “Doctor “Muerte”, uno de los peores criminales de la historia.