Si bien para algunas personas el teletrabajo se ha convertido en su modalidad favorita tras el inicio de la pandemia, hay quienes prefieren ejercer sus labores presencialmente.
En este contexto, se ha vuelto común el denominado síndrome de Boreout, un patrón de aburrimiento crónico en el trabajo.
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Según explica el equipo de psicólogos del sitio Ifeel al diario electrónico ABC, dicho estado reactivo puede afectarnos en diferentes aspectos, como el mental, al disminuir la atención y los estímulos.
También puede interferir en lo emocional, sintiendo desmotivación y apatía. Incluso en el ámbito físico, experimentando falta de energía, una sensación de estar deshinchado, o haciéndonos adoptar una postura floja.
Si bien no es la única causa, el teletrabajo es el principal desencadenante del síndrome de Boreout.
“El aislamiento de este modelo de trabajo puede incidir negativamente, sobre todo para aquellas personas acostumbradas al movimiento, al ambiente social de las oficinas y centros de trabajo“, explican los psicólogos.
Sin embargo, también puede ocurrir lo contrario, es decir, cuando las personas van a la oficina solo a “calentar la silla”, y sienten una gran desmotivación.
Otras causas del síndrome de Boreout pueden ser: un mal diseño de la asignación de funciones respecto al perfil profesional, una mala supervisión del desempeño y coordinación del equipo de trabajo.
A lo anterior se suma la errónea adjudicación de tareas o la incorrecta organización por parte del empleado.
Riesgos de experimentarlo
Sufrir este síndrome puede ser ‘peligroso’, pues afecta directamente a nuestro desempeño laboral. “Un trabajador aburrido es un trabajador desmotivado”, reflexionan los expertos.
Considerando esos efectos, el trabajador puede entrar en un bucle cognitivo y emocional en el que su sensación continua de aburrimiento, se termina transformando en una experiencia más amplia, “de falta de realización personal y pérdida de rumbo en cuanto a su carrera profesional, de no ser capaz de llevar a cabo su tarea como se espera de él”.
Si detectas que estás en una situación como esta, los expertos llaman a ser responsables sobre nuestro estado psicológico al trabajar, y hacer lo posible por mejorar nuestra actitud. “El afrontamiento tiene que partir de nosotros”, concluyen.