Joe DiMeo necesitaba retornar a la vida independiente. Siempre fue un joven que enfrentaba las adversidades, siendo optimista hasta en las peores instancias.
El joven nacido en New Jersey, Estados Unidos, iba de vuelta a casa tras cumplir con el turno laboral correspondiente; estaba cansado, por lo que se quedó dormido al volante, motivo por el cual chocó y acto seguido, el vehículo se volcó, causando un incendio en el que resultó gravemente herido.
El resultado pudo ser fatal, sin embargo, fue el cantante de R&B Ted Wizard Mills, integrante de Blue Magic, quien logró sacarlo del vehículo, otorgando una posibilidad de sobrevivencia para el joven Joe DiMeo.
Luego de tres meses de ingresado al hospital, Joe DiMeo despertó, enterándose de lo acontecido y de las múltiples cirugías a las que había sido sometido para intentar reconstruir su cuerpo.
El joven neojerseíta había sobrevivido, sin embargo, su cuerpo había tenido secuelas que a la larga, podrían impedirle la independencia y el lograr llevar una vida acorde a las necesidades básicas de todo ser humano.
Sus párpados habían quedado pegados entre sí, tuvieron que amputarle los dedos por las quemaduras graves que había sufrido y no tenía labios. A pesar de ello, DiMeo mencionó a People que “hicieron lo mejor que pudieron por mí”.
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Al salir del hospital, Joe tenía la costumbre de tirarse en el sofá porque estaba totalmente inhabilitado de realizar cualquier acción, él mismo menciona que se “sentaba en el sofá y miraba la televisión y jugaba con mis perros, y trataba de ser lo más activo posible”.
Uno de los cirujanos plásticos que lo atendió grabó un video y se lo envió al Dr. Eduardo Rodríguez, experto en cirugía plástica reconstructiva en NYU Langone Health, en la ciudad de Nueva York.
Posteriormente Rodríguez se comunicó con DiMeo y le mencionó la posibilidad de un trasplante de rostro y manos.
“Me gustó su actitud, es un tipo realmente realista”, comentó el doctor, quien lo atendió en aquel entonces proponiendo la opción de doble trasplante.
“Cuando terminé de hablar con él ese día, pensé: tengo que hacer esto”, dijo
Los riesgos eran conocidos, en el mundo existían hasta entonces un aproximado de 50 trasplantes de rostro, sin embargo, jamás se habían realizado ambos en un mismo momento. Este tipo de cirugías puede fracasar por infecciones, insuficiencia vascular al momento de conectar los vasos sanguíneos o simplemente, el organismo puede rechazar el trasplante, tal como puede cualquier cuerpo no permitir que un objeto u órgano externo se implante en la anatomía propia.
“Cuando hablamos de la posibilidad de hacer tanto las manos como la cara, tuve que hacerle saber que esto se ha intentado dos veces en el mundo y ambos han fallado, y de hecho uno de esos pacientes murió”, comentó el profesional al medio mencionado. “Él entendía los riesgos que estaban involucrados y sabía que se trataba de una cirugía de vanguardia que no había tenido éxito en el pasado, pero tenía la mayor fe en todos nosotros”.
Teniendo en cuenta todas las aristas, DiMeo estaba dispuesto a tomar el desafío y en conjunto con los profesionales, comenzaron la búsqueda de un donante.
Tras las múltiples transfusiones de sangre que Joe había recibido durante el largo tiempo que estuvo en el hospital, existía solo un 6% de posibilidades de identificar un donante funcional para él.
Posterior a la cirugía de rostro y manos
Después de realizada la operación y tras obtener el triunfo, el cirujano Rodríguez sintió alivio y una sensación de alegría que solo él podría explicar.
“Cuando completamos esta operación y miré a Joe con una nueva cara y dos brazos y se ven perfectos, estaba tan orgulloso de este equipo que se unió, y más aún a través de esta gran crisis de salud que ninguno de nosotros ha experimentado nunca y lo logramos “.
Días después de esta increíble operación, el neojerseíta DiMeo despertó y junto con ello, inició la rehabilitación en la que con ayuda de diversos ejercicios podría recuperar poco a poco la fuerza y movilidad de sus manos.
“Hago muchas cosas de motricidad fina pellizcando y apretando y tratando de que los músculos más pequeños funcionen. Es un poco más complicado porque sé que puedo hacer esas cosas, pero solo tengo que encontrar el músculo adecuado para hacerlo”, mencionó DiMeo a People, evidenciando lo resiliente que es.

El joven de 22 años ha demostrado su entrega y su interés por la recuperación total de su cuerpo. Después de cinco meses del trasplante, con muchas horas de rehabilitación y fisioterapia, los profesionales enfatizan en que “está muy adelantado”, por lo que hay puntos a favor en el progreso de mejoría.
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“En este momento tengo 20 libras de agarre, y la mayoría de la gente no lo tiene en cinco meses, por lo general toma un año. Y estoy recuperando mucha sensación y agarre”, expresó el joven.
El cirujano a cargo del trasplante de Joe DiMeo sigue al pendiente ante cualquier problema con la misma cirugía, pero cada semana solo observa mejoras; ahora puede alimentarse solo, ducharse, lavarse las manos y jugar al billar.
Agradecido
DiMeo es enfático al manifestar su agradecimiento: “Me siento realmente agradecido, puedo sentir el pelaje de mi perro, o cuando lame su palma, y eso me hace feliz. Son las pequeñas cosas que haces todos los días y no sabes que se han ido hasta que las pierdes”.
Un aspecto importante a destacar según el cirujano de Joe DiMeo es la personalidad del joven, el cual según menciona es, “un individuo con una gran cantidad de coraje, que entró en una operación sin saber si va a salir con vida”. Y añade: “simplemente tiene esa mentalidad y esperanza y la fuerza mental de que tendrá éxito. Y ese es un elemento importante que lo ha ayudado a sanar y a volver a la normalidad”.
DiMeo, por su parte, finaliza mencionando que “me dejo llevar por los golpes y sigo mirando hacia adelante, siempre se puede ver el lado negativo de las cosas, pero siempre hay más cosas buenas que malas”.



