En el diccionario la palabra amor tiene 14 definiciones. “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”, dice la primera de ellas en la RAE.
Y de acuerdo a las múltiples definiciones ¿existirá solo un tipo de amor? De acuerdo a la psicología, según constata el medio ABC, hay seis tipo de amor que pasaremos a definir a continuación.
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De acuerdo al medio citado, lo habitual es que las relaciones de pareja experimenten los diferentes tipos de amor a lo largo de su desarrollo y que las personas puedan vivir uno o varios tipos de amor a lo largo de su vida.
1. Eros:
Es el amor romántico y pasional, que tiene que ver con la intensidad de atracción física.
2. Ludus:
Es el amor lúdico, que tiene que ver con la aventura y diversión. La atracción física también juega un papel importante.
3. Storge:
Es el amor amistoso y leal, que tiene que ver con la madurez y comprometerse en relaciones largas. Aquí las relaciones sexuales pasan a segundo plano.
4. Manía:
Es el amor maniático, que surge de lo obsesivo y pasional. Suele mostrarse en personas con baja autoestima.
5. Pragma:
Es el amor pragmático, realista y práctico, que busca intereses en común y misma clase social.
6. Ágape:
Es el amor desinteresado, que busca el bienestar del otro. Aquí no existen los celos y se busca la reciprocidad. Además, es una combinación del amor eros y storge.
¿Cómo actúa el amor en el cerebro?
En el cerebro varias regiones se activan con el amor, especialmente las relacionadas con la recompensa y la motivación. Por ejemplo, solo al pensar en la persona amada se activan el hipocampo, el hipotálamo y el córtex del cíngulo anterior, de este modo, baja la ansiedad y se incrementa la confianza.
Asimismo, hay otras regiones que se desactivan, que son las causantes de las emociones negativas o de los juicios hacia el otro, que son la amígdala y el córtex frontal.
Y cuando sentimos amor romántico o eros, las hormonas más ligadas al amor, que son la oxitocina y vasopresina, aumentan y actúan sobre el sistema nervioso del cerebro estimulando la liberación de dopamina en el hipotálamo, la que nos da una sensación de felicidad.