Este 13 de mayo se debió haber realizado como cada año la procesión del Cristo de Mayo, la que consiste en llevar la reliquia por el centro de Santiago para conmemorar el hecho que le dio fama: el terremoto de 1647.
No obstante, debido a la pandemia por el COVID-19, este año la procesión se suspendió y debido a la cantidad de leyendas que existen en torno a su imagen y simbolismo, no es extraño que los fieles piensen en que las consecuencias que podría traer esta suspensión.
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Lo anterior porque esta conmemoración está fuertemente ligada a lo supersticioso más que a lo católico. Y es que tras el terremoto del 13 de mayo de 1647, cuando la ciudad de Santiago quedó en ruinas, algunos muros de la Iglesia de San Agustín quedaron en pie incluyendo la que sostenía al Señor de la Agonía (Cristo de Mayo).
“La ciudad queda en el suelo, ocurren incendios y en paralelo se produce un brote de tifus. A tal punto es la tragedia en esa época, que llama la atención que exista tan poco registro de esto, porque es una de las historias más terroríficas de la historia de Chile, incluso se habla de que pudieron darse escenas de canibalismo“, comentó a Chilevisión el periodista y escritor chileno Francisco Ortega.
Desde entonces que también se conoció como “Señor de los Temblores”, pues sobrevivientes del sismo llegaron hasta el templo para pedirle ayuda a Dios y al Cristo en cuestión. Fue así como nació la procesión que perdura hasta el día de hoy, como una forma de agradecimiento y protección.
El teólogo, sociólogo y académico de la Universidad Central, Rodrigo Larraín, señaló que “como la figura quedó de pie, la gente vio una señal divina de protección”.
Otra señal que llamó la atención en ese tiempo es que el Cristo de la Agonía no sólo estaba intacto, sino “la corona de espinas que tenía en la cabeza se cae y le queda en el cuello, de manera inexplicable”, comentó Ortega.
“Se convierte así el Cristo de Mayo en uno de los objetos religiosos más queridos y venerados. Una figura que tiene una particularidad porque se convierte en una especie de señor de los terremotos, creándose una tradición”, agregó.
¿De dónde previene el Cristo de Mayo y cuál es su relación con ‘La Quintrala’?
Si bien existen dudas respecto a su origen exacto, pues ni los agustinos tienen registro de su llegada al templo, existe una leyenda que vincula a Catalina de los Ríos (La Quintrala) como la primera dueña de esta figura.
La leyendo indica que el Cristo habría sido lanzado a la calle por la terrateniente, luego de sentirse observada por él cuando azotaba a sus esclavos.
El historiador y académico de la Universidad de Santiago, Cristóbal García-Huidobro, duda de esta historia. “Buena parte de ese relato es más mito que realidad, no se ha establecido una relación directa entre Catalina de los Ríos y el Cristo de Mayo, aparte de esta historia que además está en un libro que historiográficamente es bien dudoso”, advirtió.
¿Castigos divinos?
Otro aspecto que llama la atención es que todas las veces que no se realizó la procesión, que han sido tres en total antes de la suspensión de este año, ocurrieron importantes terremotos al año siguiente, lo que sin duda ha alimentado la superstición en los fieles. He ahí también que cobra más relevancia su nombre como “Señor de los Temblores”.
Ortega indicó que “lo curioso de esta leyenda es que hay tres ocasiones en que no se realizó la procesión del Cristo de Mayo: en 1959, 1984 y en 2009. Justo un año después ocurrieron grandes terremotos en el país”.
Estos tres movimientos telúricos tuvieron lugar el 22 de mayo de 1960 en Valdivia; el 3 de marzo de 1985 en Santiago; y el devastador terremoto del 27 febrero de 2010 con epicentro en el mar y frente a la costa de la región del Bío Bío.
Respecto a las causas de estas suspensiones no existen consenso, pero Ortega comentó que la de 1984 fue por las protestas sociales y políticas de la época. El 2009, en tanto, se hizo una conmemoración pequeña pero sin procesión como siempre, puesto que la figura se formaba parte de una exposición en el Centro Cultural del Palacio de La Moneda.
Tan potente es la figura y su devoción popular que el catolicismo ha aceptado esta ferviente creencia que raya en lo pagano o supersticioso, pues de seguro muchos fieles ya están pensando en lo que nos deparará el 2021 por no pasear al ‘Señor de los Temblores’.



