Una insólita idea se le ocurrió a una funcionaria de Indonesia para dar una lección a aquellos que constantemente estaban burlando las medidas de cuarentena: encerrarlos en una “casa embrujada”.

“La idea es que si hay una casa vacía o una casa embrujada en un pueblo, hay que aislar ahí a los infractores”, declaró a la AFP Kusdinar Untung Yuni Sukowati, jefa de la división administrativa de Sragen, en la isla de Java.

Hace dos semanas en Sragen se publicó un nuevo decreto que regula la afluencia de indonesios provenientes de la capital del país y de otras grandes ciudades. Varios de ellos no respetaron la norma impuesta.

Por ello, la jefa administrativa mandó a los responsables locales a identificar viviendas abandonadas, pero que tuvieran una especial característica, que se consideraran embrujadas por el pueblo, sacando partido de las arraigadas creencias en seres sobrenaturales que abundan en la cultura del país.

Es así como cinco personas ya han sido encerradas en estas moradas “hechizadas”.

En las casas, los dirigentes locales, instalaron camas separadas por cortinas y algunos muebles, y las personas son obligadas a pasar dos semanas encerradas en el lugar.

En el pueblo de Sepat, Heri Susanto, uno de los infractores, aseguró que todavía no ha visto fantasmas pero que está expectante. Este castigo “es por el bien de todos, he aprendido la lección”, reconoció el hombre.