Los cacerolazos se han convertido en la forma de manifestación pacífica en nuestro país y así se ha dejado ver durante toda la semana, donde miles de personas tocaron una olla (o sartén) vacía con algún elemento -como una cuchara de palo- para generar ruido.
De acuerdo al medio nacional BioBioChile, esta forma para demostrar descontento social se remonta a la década de los 70’s, siendo asociada al símbolo de la escasez de recursos para el hogar.
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Si bien se desconoce el verdadero origen de los cacerolazos en el mundo, el historiador Emmanuel Fureix señaló que los primeros registros datan de 1830 en Francia.
La idea era generar ruido por las noches y causar molestias en la “clase política” para así poder ser escuchados.
¿Cómo llegó a Chile?
Según indica el sitio Memoria Chilena, casi 100 años después se utilizó en el país para manifestar disgusto en la década de los 60, ante el temor por las elecciones presidenciales que afectó a la clase alta chilena, quienes no querían que fuera presidente electo Salvador Allende.
El descontento político fue en aumento. Unos años después el temor de las personas de clase alta se hacía realidad: Allende ganó las elecciones. Es luego de este acontecimiento que las dueñas de casa crearon la Acción de Mujeres de Chile (AMCh) y decidieron salir a protestar a las calles. Así lo detalla la autora estadounidense Margaret Power en su libro La mujer de derecha: el poder femenino.
Fue así como el 2 de diciembre de 1971 miles de mujeres marcharon por las calles de Santiago golpeando sus ollas en descontento con el gobierno de Allende, día que se conoce como la Marcha de las Cacerolas Vacías.
Esta fue la primera vez que se desarrolló un cacerolazo así en Chile y Latinoamérica, convirtiéndose de esta forma en la manifestación de mujeres más recordada de ese tiempo.
“Se sumaron democratacristianas y mujeres que nunca habían participado en política y reunió a todas las clases sociales. El movimiento desde su inicio se presentó como apolítico e integrador, apelando a la identidad de género para legitimarse”, señaló Power.
Finalmente, el gobierno de Salvador Allende terminó con el golpe de estado generado por las fuerzas armadas, un 11 de septiembre de 1973.
Cacerolazos en dictadura
Pero estas no fueron las únicas veces que se realizaron, pues de acuerdo al Museo de la Memoria, los cacerolazos fueron replicados en los 80’s por grupos opositores al gobierno de Augusto de Pinochet.
El 11 de mayo de 1983 fue convocado un paro nacional de parte de la Confederación de Trabajadores del Cobre, medida que si bien se suspendió terminó con que el gobierno decretara toque de queda.
Esto llevó a las personas a manifestarse por medio de cacerolazos, los que fueron replicados en gran parte de Santiago desde las propias casas de los manifestantes, quienes se quedaban hasta altas horas de la madrugada.
Y así, hasta la actualidad se ha replicado en diferentes regiones del país y a lo largo de Latinoamérica, como forma de manifestación y de descontento social.