¿Quién no ha dicho alguna vez la frase “la tercera es la vencida”? Esta es muy utilizada para motivar o automotivarse a la hora de conseguir un objetivo deseado después de varios intentos fallidos.

Perseverancia, esfuerzo y constancia, son algunos de los valores que plantea esta frase, aunque para otros es utilizada como una forma de obtener más tiempo en la realización de una acción, con el fin de lograr el objetivo deseado.

Pero, ¿de dónde viene este dicho? “Más de alguna vez nos hemos planteado el origen de esta frase, de dónde vendrá; y la verdad es que, al buscar información, el verdadero origen no está muy claro, pero sí se repiten tres posibles versiones”, explicó a Página 7 José Pedro Hernández, académico de la Escuela de Pedagogía en Educación Básica de Universidad de Las Américas.

En este sentido, detalló que “la primera que podemos comentar es la que nos lleva a la antigua Roma y que tiene relación con la forma de enfrentar las batallas por parte del ejército romano, quienes se ordenaban a través de filas. En la primera y segunda fila iban los soldados con casi nula preparación militar y pertenecientes a la ‘plebe’; en cambio, en la tercera fila estaban los soldados de élite, aquellos con gran preparación militar, instaurando la siguiente frase en latino: Ad triarios ventum est, que quiere decir, al llegar los ‘triarios’ la victoria es segura”.

“El segundo origen que hemos encontrado se remonta a la época en que se iniciaban los diferentes combates o juegos deportivos, tales como los combates de la lucha greco-romana, en la que los luchadores para poder triunfar debían derrotar o tumbar al adversario tres veces, siendo coronados como los ganadores. Eso se fue replicando a través de la historia en diferentes juegos o deportes, los cuales podemos observar en la actualidad, enfatizó Hernández.

El docente comentó que la última versión está relacionada con la aplicación de la justicia. “Es la que ocurría durante los siglos XVI y XVII en Europa, la que plantea que, si una persona era sorprendida por tercera vez consecutiva realizando un robo, por reincidente, se le aplicaba la pena de muerte. De ahí que la tercera era la vencida”.

Finalmente, concluyó que “al ver las tres versiones, nos genera aún más dudas que certezas su verdadero origen, pero sí podemos tener algo en claro: que nosotros como seres humanos aprendemos a través de los errores”.