“Todos me decían que estaba loco”, cuenta Matías Devicenzi, un enfermero de neonatología de San Miguel de Tucumán (Argentina), sobre el momento en que decidió adoptar a un bebé que había sido abandonado a minutos de nacer en el hospital del Este Eva Perón.

De acuerdo al medio transandino La Gaceta, cuando el menor fue trasladado a su unidad, el profesional de 31 años comenzó a cuidarlo las 24 horas del día. Santino presentaba problemas genéticos y malformaciones, deficiencia respiratoria y una patología uronefrológica.

Pero la vida no se pondría más fácil para el pequeño, poco tiempo después debió ser trasladado a terapia intensiva a causa de una infección.

Para ese entonces, Devicenzi estaba de vacaciones, por lo que al volver se encontró con un panorama desalentador: el pequeño estaba en coma y con asistencia mecánica respiratoria.

Fui en seguida a verlo. Recuerdo que estaba en coma, con asistencia mecánica respiratoria. Soy de hablarle mucho a los bebés. Así que lo encaré y le dije, sin pensarlo dos veces: ‘che Negro, si me abrís los ojos te llevo a casa’“, comentó. Y ocurrió lo inesperado, el pequeño abrió sus ojos y lo miró.

Inmediatamente me asumí como su papá y comencé a averiguar sobre la adopción“, agregó.

Devicenzi estaba soltero, por lo que los trámites para la adopción se dificultaron. Mientras tanto, el estado de salud de Santino se agravaba.

“En ese momento asumí que era su papá aún sin serlo. Le dije: ‘hijo aquí estoy, vas a estar bien y vamos a ser muy felices juntos”, señaló.

La promesa del enfermero argentino finalmente se cumplió el 12 de octubre, día en que se convirtió en su padre legalmente. Actualmente Santino tiene dos años, vive junto a su padre y su estado de salud ha mejorado.

Es todo lo que no imaginé nunca. Hubo una conexión desde el primer día que nos conocimos. Cuando me preguntan por qué lo adopté, la respuesta es simple: él me eligió a mí”, finalizó.