Científicos revelaron el pasado jueves un nuevo test revolucionario para detectar la tuberculosis en los niños, lo que evitaría la muerte de cientos de miles de menores a causa de esta enfermedad infecciosa, la más mortífera del planeta.
Un equipo multinacional que trabaja en la Fundación KNCV de Tuberculosis en La Haya desarrolló un método sencillo para analizar las muestras practicadas en los niños de menos de cinco años.
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El método, que puede aplicarse en comunidades remotas, reemplaza los métodos actuales, que son invasivos y solo pueden practicarse en grandes centros hospitalarios. Se calcula que unos 240.000 niños mueren por tuberculosis cada año. Si la enfermedad se diagnostica a tiempo y recibe tratamiento puede ser curable y es poco mortal en los niños.
El 90% de las muertes por tuberculosis se debe a casos que no recibieron tratamiento. El test actual se basa en que el paciente suministra una muestra de flema de la tráquea inferior. La muestra es luego analizada por una máquina especial, que da posteriormente un resultado.
Pero como los niños de menos de cinco años no expulsan flema, los doctores deben aplicar para extraer la mucosidad pegajosa un invasivo y doloroso procedimiento que requiere la permanencia nocturna del paciente en el hospital.
Los investigadores encontraron en Indonesia y Etiopía un método para analizar la muestra de la misma manera, sin que se requiera para ello trasladarse a un gran centro hospitalario.
“La potencialidad de este método es enorme y significa que tenemos en nuestras manos un método que puede diagnosticar la tuberculosis en un nivel bajo de atención de salud y puede aplicarse a cientos de miles de personas” señaló Kitty van Weezenbeek, directora ejecutiva de la Fundación KNCV de Tuberculosis, que desarrolló el método.
Los resultados de los ensayos fueron revelados el jueves en La Haya en el marco de una conferencia global sobre la salud pulmonar. Petra de Haas, consultora de laboratorio en la Fundación KNCV, dijo a la AFP que la prueba puede salvar a muchos de los 650 niños que mueren diariamente de tuberculosis.
“Es un avance real pues se puede hacer en pequeños laboratorios”, dijo. “Sabemos que la cuarta parte de un millón de niños mueren cada año. Si se les aplicara el test podríamos salvar al menos a la mitad”, agregó.
La tuberculosis mató al menos a 1,7 millones de personas en 2017, según la Organización Mundial de la Salud, convirtiendo a esta enfermedad infecciosa que se transmite por vía respiratoria en la más mortífera del mundo.
Pese al enorme balance de muertes, la tuberculosis solo recibe el 10% de la financiación global que se recibe para la investigación del HIV/SIDA.