El momento del parto para una mujer y su pareja debe ser uno de los momentos más bellos, a pesar de lo doloroso que puede resultar para algunas madres.
Sin embargo, todo se compensa al ver el rostro de tu bebé, y sentirlo sobre tu pecho.
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Hasta ahí, pareciera un momento mágico, pero tras el parto ocurren situaciones que afectan tanto física como psicológicamente a las mujeres, y que parecieran prácticas sacadas del siglos pasados, y que se relacionan con el machismo.
Nos referimos al husband stitch o punto para el marido, intervención quirúrgica que consiste en agregar un punto al proceso de Episiotomía, la que de acuerdo al portal Medlineplus “consiste en una cirugía menor que ensancha la abertura de la vagina durante el parto. Es un corte en el perineo (la piel y los músculos entre la abertura vaginal y el ano). Lo anterior se utiliza para conseguir que el orificio vaginal quede más estrecho, y pueda otorgar mayor placer al hombre durante un encuentro sexual.
De acuerdo a lo revelado por el portal español El país, y consignado por BioBioChile, esta práctica se realiza sin consentimiento de las mujeres, en la gran mayoría de los casos, o bien se le consulta al marido.
Ante este escenario la matrona y sexóloga Anabel Carabantes aseguró que cuando más se realizaba esta práctica, antes del año 2000, “no le hablaban a la mujer, si no que con su marido”.
“El ginecólogo o ginecóloga se lo comentaba, casi como una broma, explicando que al coser iba a dejar la vagina como si su mujer no hubiera parido”, contó la profesional al citado medio.
Pero este ‘punto para el marido’ tiene fuertes efectos psicológicos y físicos en las mujeres.
“Al cerrar de más la entrada de la vagina, el introito, supone para la mujer que tiene tejidos mal colocados, no hay elasticidad, el clítoris está aprisionado en su parte terminal, la entrada de algo en su vagina produce dolor”, explicó la sexóloga.
En el aspecto psicológico la psiquiatra Ibone Olza asegura que “Las secuelas pueden afectar a la vida sexual y repercutir muy negativamente en la relación de pareja. Además de los síntomas de ansiedad, se presentan secuelas físicas como dolor a la penetración, incontinencia de orina o fecal, o dolor en la vulva recurrente”, dice.
La especialista añadió que:“El hecho de no haberlo decidido, ni haber sido informadas por el profesional médico, se puede vivir como una agresión ginecológica a tu autoconcepto, tu autoestima y tu sexualidad”.