Al momento de ir a un museo, los visitantes deben tener mucho cuidado con las históricas piezas, u obras de arte que se encuentren al interior del recinto, sobre todo cuando se anda con niños.

Eso fue lo que obvió una madre que llegó junto a su retoño hasta la exposición de la estatua de vidrio del artista Bill Lyons, la Aphrodite di Kansas City, la que el pequeño rompió sin querer.

La situación quedó registrada por las cámaras de seguridad del establecimiento. Gracias a ella se pudo confirmar que fue el infante quien, debido a su gran curiosidad, no pudo evitar acercarse hasta el pedestal y tropezar en sus intentos por alcanzar la escultura.

Tras esto, y en su desesperación, la madre del niño intentó ‘juntar’ las piezas con sus manos, pero sus esfuerzos fueron inútiles y terminó por rendirse disimulando lo que había ocurrido.

Desafortunadamente -como reza el dicho- ‘el que lo rompe, lo paga’; por lo que los padres del menor tendrán que responder por el objeto destruido. El problema es el valor de la pieza, ya que esta fue avaluada en 132 mil dólares por la aseguradora del Estado, es decir, más de 80 millones de pesos chilenos.

La mujer, identificada como Sarah Goodman, llevó a sus hijos a la exhibición en mayo de este año, luego de que uno de ellos se lo pidiera, según consignó al Kansas City Star.

El problema está todavía lejos de acabar. La madre del pequeño se defendió tras indicar que hubo negligencia de parte de la galería, ya que la obra no contaba con protecciones adecuadas que impidieran su acercamiento, tales como cuerdas o una vitrina de vidrio.

Según consignó BioBioChile, el caso aún se encuentra en investigación, pero lo más probable es que su progenitora deba responder por la irrecuperable pieza.