Con daño ocular permanente en el ojo izquierdo quedó un niño de nueve años de Grecia, tras mirar constantemente el rayo verde de un puntero láser.

Fue a través de una investigación científica publicada en el New England Journal of Medicine, que un grupo de médicos detalló este caso, señaló que el pequeño quedó con un gran agujero en la mácula, área pequeña en la retina que ayuda a discernir los detalles en las caras y al leer o conducir.

Si bien estos orificios maculares pueden tratarse con una cirugía, que incluye el riesgo de formación de catarata, en este caso en particular es imposible. La doctora Sofia Androudi, profesora asistente de oftalmología en la Universidad de Thessaly en Grecia e involucrada en el caso, explicó a CNN, que los nervios en el ojo que absorben la luz quedaron totalmente dañados, producto de que el orificio macular fue el resultado de una quemadura con láser. “Esto significa que incluso si la cirugía fuera exitosa, el niño no podría ver“, agregó.

Asimismo, tras los exámenes aplicados al niño, Androudi se percató que éste se había lastimado el ojo por lo menos un año antes de recibir tratamiento. Y aún así, 18 meses después de que el niño comenzó con tratamiento, no hubo cambios en su visión.

Cuando tienes algo tan poderoso como un láser, es tan poderoso que se convierte en calor como una quemadura“, explicó por su parte el Dr. Thomas C. Lee, director del Centro de Visión en el Children’s Hospital de Los Ángeles. “Eso puede dejar cicatrices y puede causar sangrado. El paciente puede tener un punto ciego justo en el medio del ojo … Es como una lupa quemándose un pedazo de papel. Es lo mismo“, detalló.

Cabe señalar que el padre del paciente compró el láser a un vendedor ambulante, como un juguete de regalo, sin saber que los láseres de color verde azulado, son incluso más peligrosos que los de luz roja-naranja, ya que emiten una luz que está muy cerca de 550 nanómetros, longitud de onda a la que el ojo humano es más sensible. En palabras simples, resulta más fácil ver la luz verde que el rojo, añadió la investigadora.

Finalmente, los expertos recomiendan que el uso de punteros láser quede estrictamente restringido a adultos que los necesiten para alguna presentación en el trabajo, por ejemplo, y que se mantengan alejados de los niños. Tampoco aconsejan usarlos para apuntar delante de los gatos y que persigan el pequeño punto. “Fundamentalmente, los láseres nunca deberían considerarse juguetes“, sentenció Lee.