Mónica Riley es una estadounidense que hace años se hizo conocida internacionalmente por querer convertirse en la mujer más obesa del mundo.
En ese tiempo, llegó a pesar cerca de 454 kilos, todo por cumplir con la fantasía sexual que tenía su pareja.
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Para lograr su propósito, consumía una gran cantidad de calorías por medio de batidos preparados por su novio e ingeridos por un embudo, ya que a penas podía moverse con 317 kilos.
El problema vino cuando quiso convertirse en madre, ya que antes de concebir a su hija, sufrió dos pérdidas, lo que según ella estaba asociado a la mala alimentación que consumía.
Apoyada por su pareja, decidió disminuir la cantidad de calorías, de 10 mil a 2 mil. Pero eso no fue todo, ya que también eliminó por completo la comida chatarra y la cambió por los vegetales, además de disminuir el consumo de carbohidratos distribuidos en tres comidas y dos meriendas al día.
Su embarazo fue complicado, ya que desarrolló diabetes y preeclampsia, dando a luz prematuramente a la bebé, que nació con problemas de peso y en el corazón. Tras mantenerse internada, finalmente fue dada de alta.
Mónica actualmente pesa cerca de 190 kilos y sigue manteniendo un estilo de vida más saludable.
A continuación te mostramos imágenes de la pequeña.