Fue en la década del 90 que Luis Schapira decidió jubilarse cuando tenía 64 años, tras vivir casi cuatro décadas ejerciendo como médico en el Hospital Fernández de Buenos Aires. Pese a esto, este doctor siguió asistiendo día a día hasta su trabajo y hoy con 91 años se ha convertido en todo un ejemplo.
Fue hace una semana que su historia se hizo viral, luego de que una paciente lo fotografiara e hiciera pública su historia: “Cuando te preguntes qué es la vocación, acuérdate de este médico jubilado que sigue viniendo ad honorem al hospital” .
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Cuando te preguntes qué es la vocación, acordate de este médico jubilado que sigue viniendo ad honorem al hospital. pic.twitter.com/1xMHfmbP3T
— . (@VayaAspirina) 23 de noviembre de 2017
El caso de Luis rápidamente comenzó a viralizarse en Twitter, y ya suma más de 5 mil retuits y más de 17 mil ‘Me Gusta’. De inmediato, diversos medios argentinos intentaron conversar con este médico y el diario La Nación lo logró.
En conversación con este portal, Schapira reveló por qué razón sigue asistiendo al centro médico pese a estar jubilado: “Sigo yendo porque amo a la medicina y al hospital público. Me gusta aprender aunque sé que me quedan pocos años para ejercer, sigo estudiando y me gusta escuchar a los jóvenes a los que dirigí cuando hicieron el internado. Las mañanas son los momentos más lindos de mis días”, confesó este doctor.
Y no tan sólo asiste de lunes a viernes, Luis nunca ha pedido alguna recompensa o sueldo por sus servicios, lo hace por pura vocación.
Son exactos 65 años los que este doctor le ha dedicado de su vida a la medicina: “Me di cuenta de que lo que había que tratar es al enfermo y no a la enfermedad: vincularme con los enfermos y buscar la forma de ayudarlos”, agregó el doctor.
El relato de Luis Schapira se ha convertido en una figura de inspiración para todos en el hospital y en su círculo cercano, ya que es la prueba viviente de que el amor por el trabajo y la vocación existe.
Además, Luis le envió un sentido mensaje a todos los estudiantes de Medicina que recién inician la carrera: “Es una profesión hermosa, el mayor pago que se recibe es la satisfacción de solucionar problemas, que hay que tratar al enfermo y no entusiasmarse con la enfermedad, que no se deja de estudiar nunca, que no dejen de ir al hospital y que sepan que cuando se va al hospital todos los días se tiene que aprender algo”, comenzó relatando.
“Estudiar, ser modesto, muy comprensivo, saber que el paciente es un enfermo y que la familia del paciente es una extensión y tiene que estar siempre presente”, concluyó este jubilado médico.