Rebecca Lee, de 30 años, siempre fue una amante de la pizza y de la comida rápida, principalmente McDonald’s, sin embargo, todo cambió cuando la mujer decidió tener su propia familia.
Y es que tras llegar a pesar 115 kilos, los médicos le dijeron que su salud no estaba en las condiciones más correctas para embarazarse, por lo que el primer paso sería bajar de peso.
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Fue ahí cuando Rebecca se comprometió a dejar todos esos kilos de más para empezar una nueva vida de forma saludable y activa. Los primeros meses fueron fundamentales, pues el cambio de alimentación fue drástico.
Dejó de lado su amor por las masas y agregó a su dieta verduras, ensaladas y más proteínas. Antiguamente la mujer comía al desayuno dos rollos de tocinos con huevo más un batido de leche de chocolate. Al almuerzo una hamburguesa agrandada del McDonald’s, con papas fritas y Coca Cola, y para la comida final, una pizza familiar del Dominó.
En cambio ahora a primeras horas de la mañana, sólo come una porción de cereales altos en fibra con leche descremada, en el almuerzo pollo con ensalada o una fajita bajas en calorías, y finalmente para la cena consume pollo a la plancha con verduras salteadas.
Siguiendo al pie de la letra cada detalle de su dieta, en poco tiempo logró bajar unos 36 kilos que la tienen orgullosa usando una talla 42.
Además, Rebecca agregó una intensa rutina de ejercicios para lograr tonificar su cuerpo y se sometió a diferentes operaciones, tales como relleno de labios y reconstrucción de busto para levantarlos.
Actualmente, la británica está buscando al amor de su vida para formar la familia que siempre soñó. “Ahora me siento mucho más cómoda, veo mis fotos antiguas y siento la misma tristeza que en ese momento. Estoy tan orgullosa de todo lo que he logrado, soy una nueva persona y no puedo esperar a encontrar el amor“, expresó al Daily Mail.