Desde sorpresa hasta polémica ha despertado el ensayo que escribió la estadounidense Adele Allen, una madre de dos hijos que decidió tener un “parto de loto”. Esta técnica consiste en dejar el cordón umbilical y la placenta adheridos al niño hasta que se caigan por su cuenta.
Según relató esta mujer en el blog de maternidad Mom.me, decidió hacerlo porque tiene beneficios físicos para el bebé: “te aseguras de que el bebé reciba el 30-50% restante del suministro de sangre, el cual continúa pulsando a través del cordón por 3 a 10 minutos después del parto, y finalmente, para recibir células madres”.
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Aparentemente, esto permitiría que el bebé corra menos riesgo de desarrollar anemia o problemas inmunes. Para lograrlo, Adele tuvo que esperar hasta 4 horas para el postparto en una piscina, donde “continué conectada con mi bebé sin interferencias o rutinas de peso, baños o exámenes médicos innecesarios”, agregó.
La idea le llegó de manera natural, ya que cuando veía “videos de bebés naciendo y teniendo su cordón atado y cortado, sentí pena de que nuestro sistema médico tenga tanta urgencia por infligir un trauma al recién nacido, que generalmente grita”, explicó.
Pero como muchas mamás señalaron, el problema es que técnicamente dejó un pedazo de carne podrida unida a su pequeño por seis días. De hecho,” para mantener la placenta con un aroma placentero, le echamos sal de roca y pétalos, para luego envolverla en ropas de muselina. Para transportarla fácil, la guardamos en una nevera de mano”, relató la misma mujer.
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“Estoy de acuerdo (en que es una mala idea). ‘Ey, déjame dejar un pedazo de carne podrida colgando de mi hijo por todo el tiempo que tarde en podrirse, secarse y caer’. No ves a gatos, perros u otros mamíferos dejando sus placentas pegadas a sus crías, porque es poco higiénico y no los beneficia”, escribió la también madre Elizabeth Smith.
“Ese olor poco placentero es el tejido pudriéndose. Ese olor que todos los humanos normales buscan evitar desde joven edad. La lógica indica que la carne podrida no debería alimentar tu bebé”, agregó otra mujer identificada como Cody Grella.
Otra especialista llamada Hannah Radacz explicó que sólo existen beneficios de dejar la placenta unida en los dos primeros minutos del nacimiento. Pero después de esto, sólo existen riesgos, como infección por la placenta pudriéndose y tromboembolismo, es decir, coágulos que se adhieren a los pulmones, cerebro, intestinos, riñones o piernas produciendo complicaciones y hasta la muerte.
“Una vez que un niño nace, su sistema circulatorio cambia y no necesita la placenta. Mantenerla significa que tu bebé envía sangre a un órgano innecesario. Por favor, sé cuidadosa e investiga cualquier decisión que involucre el bienestar de tu hijo. Mientras por suerte a esta mujer le funcionó, no ocurre lo mismo con todos”, concluyó, tal como comprueba el sitio noticioso CBS News.