Jewel Shuping pasó la mayor parte de su vida deseando ser ciega, y hace nueve años “su sueño” se hizo realidad cuando un psicólogo la ayudó en su propósito, virtiendo limpiador de cañerías en sus ojos.
Esta inquietud de la joven, se debe a que sufre de un Desorden de identidad de la integridad corporal (BIID, por sus siglas en inglés), una enfermedad psiquiátrica que provoca en las personas el deseo de dañarse alguna extremidad o sentido, para quedar paralíticos, ciegos, sordos, etc.
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La joven aseguró al medio británico The Sun, que cuando tenía apenas 6 años pensó por primera vez en la ceguera y le resultó una idea bastante atractiva. Desde entonces su fascinación por vivir sin ver creció, y cuando pequeña miraba directamente al sol, luego que su madre le advirtiera que eso podría dañar sus ojos.
Durante la adolescencia, Jewel comenzó a usar gafas negras y un bastón para ciegos, pese a que podía ver, e incluso a los 20 años, la oriunda de Carolina del Norte, Estados Unidos, sabía leer perfectamente en sistema braille.
“Yo fingía todo el tiempo ser ciega, pero la idea de que ocurriera de verdad seguía dando vueltas en mi cabeza, y ya cuando tenía 21 años no podía dejar de pensar en eso“, señala la joven. Fue así como ese mismo año, encontró a un psicólogo que estaba dispuesto a cegarla usando algunas gotitas de limpiador de cañerías, sin embargo, el resultado no fue el que ella imaginaba.
“Mis ojos estaban “gritando” y yo sentía como el químico que corría por mi mejilla quemaba mi piel, sin embargo, me concentré en pensar “voy a quedar ciega, estaré bien“, confiesa.
Luego de esta irresponsable práctica, Jewel fue llevada a un hospital donde, a pesar de sus quejas, los médicos intentaron salvar su vista, incluso a la mañana siguiente estaba muy enojada porque pensaba que lo habían conseguido. “Cuando me desperté al día siguiente yo estaba feliz, hasta que me di vueltas y abrí los ojos. Me enojé tanto cuando pude ver la pantalla del televisor“, explica.
No obstante, con el paso del tiempo, su vista se fue desvaneciendo, pues tuvo problemas en la córnea de su ojo izquierdo, por lo que tuvo que ser eliminado. Y el derecho fue perdiendo su visión debido a problemas de cicatrización y otros problemas como glaucoma y cataratas.
Al darse cuenta de sus intenciones, la familia de Jewel se enojó con ella y la dejó sola, pero ella defiende su postura: “Realmente siento que esta es la manera en que debí haber nacido, debí ser ciega de nacimiento, asegura.
Por último, ella no cree estar loca, solo tiene un desorden, y que más allá que la forma en que logró quedar ciega sea cuestionable, a ella no le interesa pues cumplió su cometido. Actualmente cuenta solo con el apoyo de su ex novio, Mike, y está estudiando una licenciatura en educación con la que espera ayudar a otras personas ciegas.
“Si alguien piensa que fue egoísta cegarme a mí misma, me gustaría decirle que es más egoísta negarle el tratamiento a una persona enferma. Esto no es una elección, es una necesidad que se presenta dado el desorden que se produce en el cerebro“, remata.