Chad Carr tiene cuatro años y sufre un cáncer terminal producto de un tumor cerebral. Pese al exhaustivo tratamiento médico que sigue, su condición sólo empeora.
Por la misma razón, el pequeño no estaba en condiciones de cumplir su sueño imposible: pasar un día en la playa.
Pese a que el deseo de Chad era viajar a la isla Sanibel, en Florida (Estados Unidos), los doctores le señalaron a su familia que debido a su grave estado era probable que no alcanzara a pasar un verano en la playa.
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Sin embargo, Carr, oriundo de Michigan, sí pudo cumplir su deseo más profundo, gracias a los amigos de la asociación americana de caridad “Friends are by your side” y la casa “Wigs and Wishes”, que le pudieron llevar una playa a su patio trasero, consigna el medio inglés The Mirror.
Su madre Tammi Curtis aseguró estar sorprendida por el noble gesto de las instituciones, tanto que no podía creerlo.
“Pude ver la cara de Chad y cuán feliz estaba cuando vio todo. Él tuvo la combinación de todos sus deseos. La playa, las conchas, su bañera de hidromasaje…él ama las burbujas.
Chad está actualmente en tratamiento contra su agresivo tumor, pero al menos ya cuenta con la alegría de haber cumplido su sueño en su propia casa.