Decidida a mostrarle a su padre, recientemente fallecido, que podía llevar una vida saludable, esta mujer comenzó un arduo desafío que la llevó a perder cerca de 70 kilos.
El progenitor de Pamela Kimbro falleció de cáncer de páncreas, y cuando se encontraba en el hospital, el hombre aseguró a su familia que todos iban a morir jóvenes, pues todos padecían de sobrepeso.
Pamela luchó desde su infancia con el tema del peso, pues siempre tuvo kilos de más, sin embargo, cuando llegó a los 130 kilos, decidió que debía tomar el control de su vida, pues no estaba dispuesta a morir joven al igual que su padre.
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“Fue la cosa más difícil que he vivido“, señala Kimbro de 35 años, agregando “Extraño a mi papá enormemente y creo que todavía podría estar aquí, hoy, si hubiera cuidado mejor de sí mismo, consigna la web de la revista estadounidense Cosmopolitan.

La mujer ha seguido innumerables dietas pero ninguna le ha dado mayores resultados, por lo que las últimas palabras de su padre le dieron la voluntad necesaria para realizar un verdadero cambio.
Comenzó a evaluar cada alimento que consumía, para asegurarse de que fuera saludable, y comenzó a apreciar y disfrutar la comida y el sentirse bien. Asegura que la pérdida de peso fue el resultado de cambiar completamente su estilo de vida, no porque se haya sometido a un régimen estricto por solo unos meses.
Pese a que le ha costado dejar las bebidas gaseosas, tanto que ha llegado a llorar por sus ganas de consumirlas y no poder, Pamela ya está acostumbrada al tipo de comida que consume. Además, comenzó a realizar ejercicio físico día a día.
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Actualmente, Kimbro pesa 61 kilos y trabaja como preparadora física, pues su intención es motivar a los demás y convencerlos de que cualquier meta que se propongan, es posible. Su gran consejo, en este sentido, es que beban mucha agua.
Para que el ejercicio no aburra, recomienda practicar actividades que te diviertan. Bailar, jugar juegos de fitness en alguna consola, e involucrar a la familia, pues ellos pueden ser un factor fundamental para que no decaigas a medio camino.
