La periodista británica Tina Campbell vivía escribiendo sobre estrellas del mundo del espectáculo como la farandulera Kim Kardashian y la actriz Scarlett Johansson, quienes son conocidas por sus largas y fascinantes cabelleras. Hasta que un día, una amiga le reveló el secreto tras su look: las extensiones de cabello.
“Es una peluca, me lo hice en una tienda africana”, le contó su amiga en aquella ocasión. “Te hacen trenzas en el cabello y luego cosen las extensiones a estas”, agregó. Fue así como Tina decidió hacerse sus propias extensiones y se maravilló con el resultado, que relató en el medio británico Metro.
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“Ser capaz de levantarme de la cama con un pelo ‘perfecto’ fue una revelación, especialmente porque trabajaba como reportera de entretenimiento. La gente siempre comentaba lo bonito que lucía: estaba enganchada”, relató Campbell.

Hasta que un día decidió “ahorrar tiempo” e ir a una tienda mucho más barata y cercana a su hogar. A pesar de que no le dio buena espina la estilista, igual lo hizo, porque tenía un gran evento nocturno. Error: “un par de semanas después de ponérmelas, mi cuero cabelludo comenzó a picar y noté que se formaban unos pequeños granos”.
Pronto, estos granos comenzaron a crecer más grandes y duros, además de que secretaban pus. Toda su cabeza estaba hinchada y el dolor se volvió insoportable. Así fue como la noche antes de su cumpleaños, “los granos comenzaron a arder y ponerse rojos, el líquido solió y quemaba mientras tocaba la piel abierta”, detalló a este portal.

Debió ser llevada de urgencia al hospital, donde afeitaron parte de su cabeza, le pusieron anestesia local y comenzaron a drenar la infección. “A pesar de que me inyectaron 9 agujas en mi cabeza para intentar adormecer el área, igual podía sentir el sonido del bisturí contra el hueso, era algo como de una película de terror”, afirmó Campbell.
¿Qué ocurrió? Pues que le habían cosido las extensiones con una aguja sucia, provocando una horrible infección. Y aunque intentó demandar al salón, al poco tiempo cambió su nombre y después, cerró definitivamente.

Desde entonces, a la periodista le aparecen esporádicamente otros abscesos en su cuerpo, los cuales les dejan cicatrices. Lo más impactante de todo es que, a pesar de la experiencia vivida… esta periodista continúa experimentando con extensiones.
“Es una cosa de confianza supongo, especialmente cuando estoy en la alfombra roja esperando a entrevistas personas que constantemente se arreglan su cabello para alcanzar la perfección”, concluye. Moraleja: lo barato sale caro, por lo que infórmate antes de hacerte extensiones.