Cualquiera pensaría que llevar unas naranjas o manzanas al trabajo, en vez de comida envasada, podría ser una decisión inteligente. Pero un reciente estudio pone en tela de juicio esta “sana” costumbre, ya que aparentemente tendría un extraño efecto en nuestro cerebro.
Según unos investigadores de la Universidad de California del Sur, consumir fructosa -el azúcar natural que contienen las frutas- no quita el hambre, sino que te da ganas de comer más, como detalla el portal femenino Cosmopolitan.
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Para comprobar su teoría, los científicos le dieron de beber a 24 adultos una bebida dulce compuesta por fructosa (presente en las frutas) o glucosa (presente en alimentos como pastas, pan y arroz). Después de esto, los hicieron mirar fotos de comidas altamente calóricas, como una torta de chocolate o un enorme plato de papas fritas, y utilizaron los último en tecnología para monitorear su cerebro. Además, les tomaron exámenes de sangre y les pidieron ponerle una “nota” a su hambre.
Aunque todos consumieron la misma cantidad de calorías, aquellos que bebieron glucosa tenían niveles más altos de azúcar e insulina en la sangre, los cuales se asocian a la saciedad. Mientras que aquellos que bebieron fructosa respondieron más ante las imágenes de comida, lo cual sugiere que la fructosa sólo les dio más hambre.
Una de las autoras del estudio, la interna de medicina Kathleen Page, explicó que “cuando consumimos glucosa, un número de hormonas son producidas en el cuerpo para hacernos sentir saciados. En cambio, si consumimos sólo fructosa pura, no obtenemos la producción de esas hormonas que suprimen el apetito”.
Ya se sabía que consumir jugo de fruta envasado y bebidas de soda era malo para nuestra salud… pero esta es la primera vez que se comprueban los efectos negativos de comer fruta al natural. La recomendación es comerla junto a algún tipo de proteína, como queso o crema de maní: este combo te ayudará a controlar las ganas de comer y con esto, tu peso.