Finalmente se puso fin a la vida de la mascota por imposición de las autoridades locales, que aludieron al peligro que representaba el animal como un eventual foco infeccioso.
Como era de esperar, la eutanasia no dejó indiferente a organizaciones animalistas, que se manifestaron afuera de la casa de la afectada de 44 años, con pancartas que tenían escrita la leyenda “Excalibur, the world is with you” (Excalibur, el mundo está contigo).
El perro representaba “un posible riesgo de transmisión de la enfermedad al hombre (…) El animal fue sedado previamente para evitar su sufrimiento”, señaló el gobierno madrileño en un comunicado recogido por la agencia noticiosa AFP.
La justificación del organismo de sanidad local al respecto, fue que los perros pueden ser portadores de enfermedades sin presentar síntomas visibles. “En consecuencia, no existe garantía de que los animales infectados no eliminen el virus a través de sus fluidos orgánicos, con el riesgo potencial de contagio”, detalla el comunicado oficial.
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De esta manera, quedan obsoletos los esfuerzos de los defensores de los animales que habían intentado evitar la captura de Excalibur, iniciando una campaña de apoyo que se masificó rápidamente en redes sociales.
Por su parte, la reconocida ONG internacional de defensa de los animales, PETA, lamentó el deceso del can.
“Parece injusto y entristecedor que mientras se hacen todos los esfuerzos para salvar a la mujer enferma no se haga ninguno para salvar a Excalibur, un perro que no ha contraído la enfermedad y que tal vez no pueda contraerla”, afirmó la directora de PETA, Mimi Bekhechi.
Recordar que el virus Ébola ha producido la muerte 3 mil 865 personas en África occidental, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En lo específico, la auxiliar de enfermería de 44 años sigue en tratamiento para eliminar el virus de su organismo.