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Redes Sociales
En los últimos días, se reveló una enredada polémica en redes sociales. Pablo Freire, quien interpretó al memorable Brunito en Los 80, estaría obsesionado con la influencer chilena Bea Bravo.
Todo indica que el actor habría desarrollado esta fijación luego de conocerse con la creadora de contenido, cuando ambos estudiaban Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Usuarios de redes sociales notaron estos comportamientos obsesivos hace menos de un mes, justo después de que Bea anunciara su matrimonio.
El tiktoker Danilo 21 dio a conocer el hecho a través de sus redes sociales, adjuntando una serie de historias de Instagram que Freire habría dedicado a Bravo.
En dichas pruebas se lee: "No quiero tener que mandar la siguiente foto porque es privada, la pongo en riesgo a ella misma (Helena de Troya, la diosa, mi propia diosa personal, la musa), ordenada por las patrañas que escuchaba en su casa, no sé", indicó el estudiante de Derecho.
Antes de que el caso tomara más revuelo, la influencer se refirió a ello en su canal de difusión de Instagram, donde se lee: "De verdad estuve evitando hacer cualquier tipo de declaraciones al respecto porque lo he pasado como el pico francamente con esta situación, pero hoy lo subieron como 'chisme' a TikTok" (sic).
"Se trata de una crisis de salud mental heavy de otra persona más que de mí misma", agregó la influencer.
"Las fotos privadas en cuestión: un pantallazo de un video con Fernando (su prometido)", aclaró Bea Bravo.
Y siguió explicando la situación: "Hay un compañero de universidad que está pasando por un mal momento y, dentro de su descompensación, él cree que nosotros tenemos una relación, que de hecho estamos casados y que mi relación con Fernando es un simple 'jueguito' al que colectivamente todos (incluyendo a su familia y sus amigos) nos hemos puesto de acuerdo porque estamos en contra de él".
Es esa línea, Bea aseguró que "ya son reiteradas las ocasiones donde públicamente él hace insinuaciones de que nosotros tenemos algún tipo de relación de carácter romántica y sexual, cosa que no podría estar más alejada de la realidad, porque nunca fuimos ni realmente amigos, solo muy buena onda en los pasillos de la u y era".
"Es una situación que están intentando manejar profesionales médicos y su familia", concluyó.
Para reforzar que ella y Pablo Freire no tienen una relación que haya ido más allá de ser compañeros de universidad, Bea adjuntó chats que respaldan la idea de que Freire tiene una "obsesión" con ella.