A dos días de cumplir cuatro meses de vida está la hija de Sebastián Leiva, más conocido como Cangri, quien murió en la frontera boliviana.
Su pareja y madre de su hija, Araceli Díaz ha compartido varias imágenes desde su nacimiento, donde destaca lo rápido que ha crecido.
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En medio de las celebraciones de Fiestas Patrias, la joven de 26 años subió a su cuenta de Instagram dos instantáneas de la pequeña vestida con los colores de la bandera, que acompañó con los mensajes: “Nuestro primer 18 juntitas” y “Mi huasita”.
Sus publicaciones se han llenado de comentarios dedicados a la pequeña y a ella misma, por su fortaleza, al salir adelante por la niña tras tan grande pérdida.
A comienzos de septiembre la joven fonoaudióloga le dedicó un extenso mensaje a Cangri justamente por su hija, donde recordó conversaciones que mantuvieron en la espera de su nacimiento.
“Me gustaría que fuese uno de esos días en los que estábamos lejos y nos llamábamos y hablábamos horas y horas. Era tanto lo que hablábamos que a veces solo nos poníamos a bromear y a reírnos de tonteras, porque ya no teníamos nada más que contar. Si ahora me llamaras tendría tanto que contarte, que no sabría por dónde empezar… En realidad creo que sí, sí sabría… y es que me muero de ganas de contarte cómo es nuestra hija, de contarte que tuvimos una hija hermosa, que al final nació blanquita como yo, así como tú decías, pero que tiene tu misma carita, así como yo creía que sería”, comenzó escribiendo.
Y agregó: “Tenías tanta razón cuando me decías que el día que naciera sería un amor inexplicable, porque así fue, y tenías toda la razón cuando me decías que al llegar ese día me volvería a enamorar. La vieras cómo se ríe, con esa sonrisa picarona, la vieras cuando despierta, y es que yo miro hacia al lado y está con sus ojitos mirándome fijamente así como si yo fuera el gran amor de su vida”.
“Y para qué decir lo grande que está, crece tan rápido, todos me preguntan cuánto tiene, ‘que se ve tan grande y gordita’. No creerías que ya está ocupando zapatitos, así de rápido pasa el tiempo, y ya pronto comenzará a ocupar sus chalitas, esas chalitas con sus deditos de bombitas de agua así como solías imaginarla tú. Siempre le hablo de ti, le digo que es la princesita de papá, ella me responde con una sonrisa y sus ojitos brillantes llenos de amor, y ya con eso me lo dice todo…”.
