“No quería ser un mal papá”: Luis Slimming se sinceró sobre sus miedos como padrastro
El comediante y guionista Luis Slimming fue el invitado del nuevo capítulo de Mamá por Siempre, donde relató con sinceridad y humor el complejo camino de convertirse en figura paterna para Mathilda, hija de su esposa Ana.
En la conversación, recordó que al comienzo no fue sencillo asumir ese rol.
“Al principio era la hija de mi polola… y yo mismo puse una distancia. Es raro, porque no sabes cuándo sentirte papá“, comenzó señalando Slimming.
“Es difícil encontrar ese equilibrio en que tú no te sientes papá y no sabes cuándo sentirte papá. Es distinto cuando nace, la tomas en brazos y le das el apellido. Ahí es obvio. En mi caso fue diferente”.
Aunque él mismo dudaba de cómo debía presentarse frente a la niña, fue ella quien lo sorprendió:
“La Mati me decía papá desde temprana edad. A los 7 años me lo dijo por primera vez, casi sin querer, y fue emocionante, pero también raro. Yo no quería ser un mal papá y sentía la presión de estar a la altura”.
Slimming recordó que conoció a Mathilda cuando ella era muy pequeña.
“A mí me tocó conocerla a los 4 años, cuando ya hablaba, caminaba y tenía parte de la formación lista. Yo pololeaba puertas afuera, y recién cuando ella tenía 7 años nos fuimos a vivir juntos”.

Durante la pandemia, vivió un momento decisivo que le permitió asumir plenamente la paternidad.
“Tuve un periodo depresivo que me llevó al psicólogo. Conversando en terapia me di cuenta de que yo mismo estaba poniendo las barreras con la Mati, por miedo a invadir, a que se viera raro o a incomodar”, recordó.
“Cuando lo dije en voz alta, entendí que no había nada malo en abrazarla, corregirla o estar presente. Ese fue mi click, el momento en que me creí el cuento de que también era su papá”, continuó Luis Slimming.
Luis Slimming y la relación fortalecida con ‘Mati’
El humorista reconoció que, pese al avance, siempre tuvo temores:
“Tenía miedo de que si la relación con la mamá iba a terminar, eso me alejara o me quitara derechos sobre la Mati. Tenía inseguridades, porque no era lo mismo que un hijo biológico: si la relación acababa, quizás no podría volver a verla”.
Actualmente, Mathilda tiene 16 años y su relación con Luis es cercana y de confianza.

“Al principio trataba de ser amigo, pero me di cuenta de que no era el mejor camino. Ahora en la adolescencia me tocó ser más su papá, estar presente y acompañarla”, comentó.
Finalmente, agregó: “Trato de darme tiempo e instancias para estar con ella. Yo la quiero mucho y me gusta pensar que ella también me ama”.