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Durante el programa Mucho Gusto, José Antonio Neme compartió una divertida anécdota sobre conflictos con la madre de una expareja. Reveló que la relación era con una persona de Tomé. Neme expresó que su relación con su exsuegra era pésima y que peleaban constantemente, especialmente durante los viajes familiares. Además, mencionó los problemas que enfrentó al intentar mantener una dieta estricta mientras su suegra le servía guisos abundantes. El quiebre definitivo se dio cuando la suegra abrió el ventanal en una mañana fría, marcando el fin de la relación.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesDurante este miércoles en Mucho Gusto, José Antonio Neme sorprendió con una divertida y sincera anécdota sobre su juventud, en la que reveló los conflictos que vivió con la madre de una expareja.
Todo surgió mientras el meteorólogo Jaime Leyton entregaba el informe del tiempo, enfocándose en la zona de Concepción.
En ese contexto, Karen Doggenweiler comentó que había tenido un pololo penquista, lo que llevó a su colega a confesar que también tuvo una relación con alguien de la zona.
“Era de Tomé, la bajada era bien complicada (…) sus papás vivían en un pueblo que se llama Los Muermos, en la región de Los Lagos, pero iban de vacaciones a Tomé”, partió diciendo.
Sumado a esto, mencionó que “ahí había una casita de veraneo, nosotros viajábamos desde Santiago y nos juntábamos con ellos”.
No obstante, el periodista no guardó buenos recuerdos de esos encuentros familiares. “Con mi suegra me llevaba como el reverendo orto, pésimo”, lanzó, provocando carcajadas en el estudio.
Además, detalló que aquella situación sucedió cuando tenía solo 18 años, y que las discusiones eran constantes.
“Peleamos muchas veces en esos viajes (…) me debe estar viendo, la mujer era tan pesada, tan pesada”, aseguró, agregando que lo pasó muy mal en dicha época.
Junto a lo anterior, señaló que intentaba mantener una dieta estricta en esa época, mientras su suegra le servía abundantes guisos de legumbres.
“Ella decía ‘yo soy delgada naturalmente, pero como de todo’, y yo al lado con una hoja de lechuga”, relató.
Finalmente, José Antonio Neme remató su historia con un episodio que marcó el quiebre definitivo de este romance.
“Una vez, en esta cabaña, me levanté temprano, hacía frío, yo me tomaba un tecito, ella llegaba y abría el ventanal”, indicó.
“Dijo: ‘Hay que ventilar’. ¡Vieja conch…! Ahí la relación terminó, por su puesto”, concluyó sin filtro, añadiendo que su expareja con el tiempo adoptó actitudes similares a las de su madre.