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Gonzalo Ramírez forma una sólida pareja con su esposa Paloma Armijo, con quien tiene tres hijos y también la hija mayor del comunicador. En redes sociales, comparten momentos familiares lejos de la televisión, celebrando próximamente 16 años de matrimonio. Paloma es periodista independiente y supervisa un centro de estética, logrando aumentar un 20% en utilidades. La historia de amor comenzó cuando se conocieron en el matinal de TVN y Gonzalo la conquistó tocando guitarra en el Cajón del Maipo.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesGonzalo Ramírez conforma una de las parejas sólidas de la televisión chilena junto a su esposa, la también periodista, Paloma Armijo.
Fruto de su amor nacieron sus tres hijos: Emilia, Colomba y Nicolás. Asimismo, la familia también la integra Antonia Ramírez, primogénita del comunicador de una antigua relación.
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Mediante sus redes sociales, el panelista de Mucho Gusto muestra el lado B de su vida lejos de la televisión, donde comparte en algunas ocasiones fotos con su esposa e hijos.
De hecho, en tres meses más, específicamente el 25 de abril, la pareja cumplirá 16 años de matrimonio, fecha que Gonzalo no escatima en celebrar en redes.
Según se puede ver en su cuenta de LinkedIn, es una periodista independiente que trabaja en el centro de estética llamado Rizos.
Allí cumple el rol de supervisión y administración de las operaciones diarias de la empresa. “Lidero el modelo de negocios, logrando la recuperación post pandemia y un aumento de un 20% en las utilidades”, señala en la red social.
Asimismo, precisó que se encarga de coordinar y formar al equipo de trabajo que consiste en más de 30 personas, “fomentando un ambiente de colaboración, motivación y de excelencia en atención al cliente”.
Según señaló hace unos años Paloma Armijo en el matinal de TVN, a Gonzalo “lo encontraba minísimo. Lo conocí porque entré a hacer la práctica en el Buenos Días a Todos el año 2006 y empezamos a ser amigos”.
En esa misma línea, precisó que se hizo amigo de Gianfranco Dazzarola, “porque estaba más en la oficina y nos sentábamos cerca. Nos poníamos a conversar y cada vez que pasaba Gonzalo, Gianfranco lo llamaba y lo metía en la conversación.
Sobre el momento en que la conquistó, precisó que para ella “fue una sorpresa que él hizo (…) fuimos al Cajón del Maipo, a un lugar que a él le encantaba. Tocó guitarra y las hizo todas. Ahí me enamoré”.
Finalmente, cuando le pidió matrimonio, recordó que Gonzalo “le dijo a mis papás que estaba muy enamorado. Les dijo ‘me gustaría casarme con ella’. Yo no lo tomé como una pedida de matrimonio”.
“Y al día siguiente estábamos en el Buenos Días a Todos, Gonzalo se asoma por el estudio y me dice ‘¿puedes salir?’. Me llevó por la escalera que estaba afuera del estudio y me entregó el anillo”, cerró.