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Entretención

South Park, el fin de la obesidad: una ácida crítica al sistema de salud y el body positive

Escrito por:   Valentina Pizarro

South Park, el fin de la obesidad

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Este sábado se estrenó el Paramount Plus el especial South Park: el fin de la obesidad, del cual se especuló mucho gracias a las imágenes de un Eric Cartman delgado.

En casi 50 minutos, la serie animada muestra una ácida crítica al sistema de salud estadounidense, el culto al cuerpo, las drogas para adelgazar e, incluso, el 'body positive'.

Todo comienza con un médico diciéndole a Cartman que está obeso, pero una droga llamada semaglutida, le podrá ayudar a bajar de peso. Sin embargo, es muy cara y el sistema de salud no la cubre, por lo que no puede acceder a ella.

Es por eso que el doctor le receta Lizzo (sí, la cantante), para que se acepte tal como es porque, finalmente, la delgadez es para ricos y a los pobres solo les queda el body positive.

Al mismo tiempo, las adolescentes empiezan a usar poleras cortas, enseñando el estómago, lo que molesta a Randy Marsh. En su afán para que su hija no use ese tipo de ropa, él mismo se pone un peto, pero por una confusión, termina metido en un grupo de mujeres adictas a la semaglutida.

En la escuela, Kyle se compadece de Cartman y decide, junto a Butters, ayudarlo a conseguir la droga para adelgazar. ¿Por qué Kyle sigue cayendo el las manipulaciones del chico que más odia? Quién sabe.

Así se hunden en una espiral de atenciones médicas, seguros, formularios, hospitales, recetas, que finalmente no sirven de nada, porque el sistema de salud es ineficiente.

El problema con las drogas en South Park

Las mujeres de South Park, que están obsesionadas con la semaglutida y verse delgadas, se reúnen para compartir la droga, hasta que se prohíbe su uso.

Tal como cualquier adicto, se vuelven locas y terminan asaltando una farmacia, junto a Randy, quien se cuestiona si esta es una "buena droga".

Kyle se obsesiona con salvar a la humanidad y decide crear él mismo la inyección para su amigo y venderla a precio mínimo para todos los pobres obesos que no pueden pagar un tratamiento.

Siguiendo tutoriales de YouTube y TikTok, junto al principio activo que compra desde India, se junta con Stan y Kenny para crear la semaglutida.

Al inyectarse este invento, Cartman nota cierto cambio en su apetito y hasta baja medio kilo. Y fantasea con ser delgado y poder burlarse de todos, pero que nadie pueda decirle nada, porque ya no le pueden decir gordo.

Al mismo tiempo, las empresas de cereales se unen para eliminar la semaglutida, porque sus ventas han bajado y realizan una masacre en la empresa India que creaba el principio activo.

¿El fin de la obesidad?

Con su deseo de seguir ayudando a los pobres, Kyle consigue un camión desde México para poder conseguir semaglutida cruda, pero fue interceptado por las mujeres adictas y los personajes de cereales.

Randy Marsh, que estaba con ellas, se arrepiente del robo y toma el mando del camión, y sube a los niños cuando se cruza con ellos.

Allí, son atacados por todos lados y Kyle pierde los estribos, toma una pistola y dispara a diestra y siniestra, llevándose un par de vidas consigo.

Cuando logran salir de la batalla (luego de que todos los demás se mataran entre ellos), abren el camión, en el cual solo estaba un hombre de seguros, y ninguna droga. Así que se dan por vencido.

Al final, Kyle hace una profunda reflexión sobre su pensamiento hacia la gente gorda: "Me equivoqué al pensar que solo se necesitaba voluntad para bajar de peso, porque a veces eso no alcanza".

"No es justo culpar a alguien por su peso. Acordemos todos, como sociedad, no burlarnos más de la obesidad", dice.

Y, en un giro típico de la serie, Cartman se aprovecha de ello para cumplir su sueño e insultarlos a todos sin que le puedan decir nada a cambio.