Además de su sorprendente y polémico final, Dejar el mundo atrás, la película que arrasa en Netflix, deja no pocas cuestiones sin resolver.

Una de ellas es la naturaleza y efectos del misterioso y atronador sonido que tortura a los protagonistas.

Un ruido ensordecedor, dañino incluso, que podría estar inspirado en casos reales, en el denominado síndrome de La Habana.

Dirigida por Sam Esmail, Dejar el mundo atrás está basada en la novela homónima de Rumaan Alam, que también menciona este inexplicable e insoportable ruido.

Si bien la cinta deja el misterio sin resolver, sí que da algunas pistas sobre lo que podría ser su origen.

Después de escuchar el terrible ruido por primera vez, que llega tras un par de lejanos estallidos, el joven Archie Sandford (Charlie Evans) se pregunta si provenía de una explosión después de que un avión rompiera la barrera del sonido.

Y es que varios aviones se habían estrellado cerca de la zona. Pero G.H. Scott (Mahershala Ali) le responde que los aviones normalmente no rompen la barrera del sonido desde que el Concorde fue retirado.

Tras la explicación de su padre, Ruth (Myha’la) sugiere que podría tratarse de un nuevo tipo de avión, pero esta teoría no se vuelve a abordar en la película, aunque el sonido sí vuelve a aparecer, llegando incluso a romper cristales.

“¿Fue una bomba, un misil?”, pregunta también Amanda Sandford (Julia Roberts).

¿Síndrome de La Habana en Dejar el mundo atrás?

Luego, G.H. Scott habla sobre el síndrome de La Habana, que fue reportado por varias personas en Cuba, en 2016. Él explica que, en esos casos, la radiación de microondas se emitió a través del sonido, que es lo que podría haber sucedido en la película.

“Bueno, no es muy distinto de lo que pasó en Cuba hace un tiempo. Las llaman armas de microondas, emiten radiación a través del sonido. También se les cayeron los dientes a algunas personas“, dice escopeta en mano el huraño personaje de Kevin Bacon.

Según Health, el síndrome de La Habana es una afección que algunos funcionarios gubernamentales y sus familiares en las embajadas de Estados Unidos en diferentes países aseguraron haber experimentado desde 2016.

Los síntomas incluyen escuchar ciertos sonidos sin que haya ningún ruido exterior, vértigo y dolores de cabeza, náuseas, problemas de equilibrio y pérdida de memoria, algo que Archie también sufre en la cinta.