Hace cinco años, Máximo Menem Bolocco recibió el diagnóstico de cáncer cerebral, el cual logró vencer luego de varias de operaciones, quimioterapias y otros tratamientos.

El hijo de Cecilia Bolocco habló con la revista L’Officiel, donde se refirió a este complejo momento y cómo cambió su forma de ver la vida.

Mi enfermedad me enseñó a aprovechar el momento, vivir al segundo y valorar y darme cuenta de todo lo que tengo”, expresó el joven.

“Agradezco que estoy sano y vivo; que mi familia y amigos están conmigo, y que tengo todas mis extremidades para poder hacer lo que yo quiera: desde salir a correr, hasta bailar y caminar. Mientras tenga todas esas cosas, me siento al otro lado”, agregó.

Además, reveló que “en este minuto me encuentro muy pleno; antes siempre tenía algo de lo que preocuparme: mi tumor, el tema con mi papá, entre otras cosas”.

“Ahora que está todo bien y encajó todo a la perfección, me siento mucho más libre, me preocupo menos por estupideces y logré soltar y desligarme” afirmó.

Máximo Menem y su mensaje a quienes padecen cáncer

Por otro lado, aseguró que apunta a visibilizar el cáncer, ya que “cada vez está más presente y es necesario poder frenarlo y acompañar a las personas en su camino”.

También se refirió a la fundación CARE, que fundó la ex Miss Universo luego de la experiencia que enfrentó debido a la enfermedad de Máximo.

“El trabajo de la fundación se basa en dos pilares fundamentales: por un lado, tener una plataforma digital donde reconocidos centros oncológicos de alrededor del mundo entreguen las mejores opciones de tratamientos para los distintos casos”, explicó Menem.

En el mismo sentido, reveló que “por otro lado, (busca) construir un centro oncológico que trabaje con la primera máquina de radiación de protones en el hemisferio sur del mundo”.

Finalmente, envió un mensaje a quienes están pasando por un tratamiento por cáncer: “Le diría que va a hacer algo muy difícil, pero que tenga fe, esperanza y que nunca pierda la sonrisa”.

“Cuando estaba pasando por mi enfermedad siempre mantuve una sonrisa de oreja a oreja, aunque lo estuviera pasando pésimo. Sin la compañía de mi mamá, la fe y la perseverancia, no sé qué hubiera sido de mí”, cerró.