Este domingo en De tú a tú, Martín Cárcamo recibió en su casa a la animadora Margot Kahl, para tener una conversación íntima con la recordada exrostro de TVN.

“Nunca en mi vida tuve una entrevista así. Yo antes estaba fuera de la TV, así que no le veía el punto. Ahora, como me pegué una leve vuelta, le encontré sentido”, partió reconociendo la emblemática ex animadora de Buenos días a todos, que cuida celosamente su vida privada.

“Yo creo que la vida privada es privada, nunca he estado de acuerdo en ventilarla públicamente. Uno puede mantener la vida privada si quiere”, opinó.

Nacida en Puerto Varas, de Herbert y Leah, dos descendientes alemanes que se dedicaban a la ganadería, Margot es la mayor de dos hermanos.

“Mi infancia fue con harta lluvia, bastante solitaria, yo era muy tímida e introvertida. Dibujaba, pintaba y leía mucho”, recordó.

Siempre muy ordenada y matea, la animadora de 1,75 metros era de una presencia importante desde chica.

“Yo pensaba que era alemana de chiquitita, porque en mi casa se hablaba alemán, todo era alemán. Era lo natural para mi familia. Además, siempre fui la más alta de las mujeres del curso, y no me gustaba. Si yo pudiera medir 5 centímetros menos, sería feliz”, explicó.

Sobre su vida sentimental de adolescente, confesó que siempre estaba involucrada en dramas.

“Yo vivía enamorada del que no me pescaba. Después me vino a confesar años después que sí le gustaba, sólo que no se atrevía. A los 40 y tantos”, reveló, agregando que de todas maneras siempre era difícil llevar pololos a la casa con padres tan estrictos.

“Nunca iban a tomar bien un pololo en mi casa. Tampoco un marido. Siempre iban a esperar una suerte de príncipe azul megamillonario, y son tan escasos, ninguno da el ancho”, rió.

Ya salida del colegio, Margot quería estudiar Diseño o Psicología, pero por presión familiar tuvo que entrar a Ingeniería Comercial. Se mudó a Santiago a una pensión manejada por religiosas.

“Eran unas monjas españolas. Éramos 80 mujeres en el pensionado con un solo teléfono. Cerraban las puertas a las 10 de la noche y soltaban dos perros, y los viernes y sábado como gran concesión cerraban a las 12 de la noche. Por lo tanto si me invitaban a salir tenía que ir con una maletita y conseguirme a alguien que me invitara a dormir”, relató.

Finalmente, al año y medio se aburrió de tanto control y consiguió que sus papás la dejaran mudarse a otra pensión.

En esa época, Kahl desarrolló una deslumbrante belleza, pero dice no haber sido consciente de ello.

“Laboral y académicamente siempre me he sentido segura, pero emocionalmente siempre fui insegura (…) Hoy con arrugas y vieja me siento mucho mejor que 40 años atrás, me siento más segura, cómoda en mi pellejo, tengo mejor autoestima y confianza. Yo solo pensaba que era ordenada y armónica de cara”, indicó Margot.

Por ello, y para tener autonomía financiera mientras estudiaba, decidió probar suerte en el modelaje.

“Fui a la revista Paula, toqué el timbre y les pregunté qué se hace para ser modelo. A la semana estaba modelando en la revista. Esto fue toda una revolución en la universidad, que esta chica calladita saliera en las revistas”, recordó.

Sin embargo, pese a la exposición, Margot Kahl aseguró que el modelaje no mejoró su seguridad.

“Es tan expuesto que vuelves más hacia adentro, porque la gente asume que eres de una determinada manera, cuando tú estás haciendo un rol. Por suerte yo era súper puntuda, porque después de los desfiles se te acercaban tipos para invitarte a salir. Y esa no es forma de conocer a nadie”, sostuvo.

¿Quién fue el primer esposo de Margot Kahl?

A los 19 años conoció a quien terminó siendo su primer esposo, Roberto Moser. Se casó a los 24 años, y quedó embarazada de su primogénito, Rodrigo. Tuvo que avisarle a sus padres vía carta, y eso coincidió con el terremoto del 85. “Yo decía que la furia de ellos fue tanta que causaron un terremoto en Santiago”, rió.

Para cuando nació Rodrigo, en 1985, Margot ya leía noticias a mediodía en TVN.

“Le daba papa a las 12, iba volando al canal, volvía a mi casa a las 3 para la siguiente papa. Estaba corriendo todo el rato. Hoy me pregunto cómo lo hice”, rememoró.

Margot Kahl y sus hijos
Canal 13

Fue el primero de tres hijos hombres. “Siempre quise tener una niñita, y nunca la tuve. De hecho, mi hijo Francisco se iba a llamar Francisca”, contó.

Su matrimonio llegó a su fin en 1994, cuando Margot ya era uno de los rostros televisivos más importantes de Chile, al animar el matinal Buenos días a todos con Jorge Hevia.

“Fue desgarrador, lo más doloroso que a uno le puede pasar en la vida (…) Fueron minutos difíciles en mi vida, separarse con tres niños y trabajando en un matinal era muy exigente, y yo estaba muy mal. Muchas veces me largaba a llorar de la nada, y era secar lágrimas, masajito en la espalda y para adentro de vuelta al estudio 4 horas diarias”, recordó la animadora sobre su separación.

De hecho, cuando en el matinal se tocaban temas con expertos sobre separaciones o impacto en los niños, para Margot era un problema.

“Yo no los podía hacer, los tenía que hacer Jorge. De la nada me daba un nudo en la garganta, fueron hartos meses de dolor”, indicó.

El segundo matrimonio de Margot

Cuando en 1997 se casó nuevamente con Víctor Ossa, su familia se amplió de inmediato, porque Víctor tenía 4 hijos y ella 3.

“Pololeamos con 7 niños, íbamos juntos con 7 niños a todas partes. No tenía sentido hacer una ficción, yo vengo con 3, y si esos 3 no caben dentro de la relación, esa relación no tiene futuro”, indicó.

Posteriormente nació Catalina, su cuarta hija y única mujer, ahora psicóloga y de 25 años. Sin embargo, este nuevo matrimonio también terminó en separación, años después.

“Es durísimo. La segunda vez es con mucha madurez, mucho más pensado. Y que te pase la vida por encima de nuevo es muy doloroso, especialmente para mis niños. Tuve una enorme sensación de fracaso, fue el proyecto más importante de mi vida”, reconoció la exrostro de TVN, agregando que actualmente está soltera.

“Los hombres no han evolucionado en general con la misma velocidad que las mujeres. En resumen, el mercado está difícil. Lo que quiero es pasarlo bien, alguien que me acompañe estos últimos 20 años de vida, un partner, un socio. Y es una oportunidad totalmente abierta, aunque no estoy buscando”, dijo sobre la posibilidad de volver a emparejarse.

La comunicadora y la TV

Recordando junto a Martín su vida profesional, Margot rememoró cómo fue su paso de leer noticias a animar el matinal de TVN, cuando Jorge Hevia y Felipe Camiroaga golpearon a su puerta para ofrecerle reemplazar a la animadora Tati Penna en su embarazo.

Margot Kahl en De tú a tú
Canal 13

“Pedí 10 días para interiorizarme. Iba todos los días, me ponía en un rincón, anotaba todo para entender el programa y me tiré de piquero. Me pareció un desafío interesante, la primera hora del programa era muy noticiosa. Después se ponía más entretenido, pero nunca fue farándula”, contó sobre el programa, del que luego se convirtió en animadora oficial.

Sobre su tiempo en el matinal, Margot recordó que el equipo humano era lo que más le gustaba, especialmente Jorge Hevia.

“No tuve nunca amigos famosos, salvo Jorge. Es una gran persona, muy cercano, un gran apoyo. Pasaba más horas con él que con mi familia. Somos muy distintos, pero complementarios. Si yo hubiese hecho el matinal sola, habría sido probablemente una fomedad. Si Jorge lo hubiera hecho solo, habría sido un desorden. En cambio, juntos se daba muy bien la mezcla”, opinó.

No obstante, en 2002, tras 10 años en el programa, decidió dar un paso al costado.

“Los contenidos en el matinal a mí no me estaban representando hace rato. Sentía que yo iba en una dirección y el equipo en otra, entonces yo era un personaje incómodo para ellos, al decir que esto no era ético, que no me gusta. No se podía seguir avanzando, lo comenté varias veces”, reconoció.

Según recordó, lo que quería hacer era realizar programas periodísticos, y dejar de lado el matinal.

En ese momento fue cuando recibió una oferta de Canal 13. “El 13 me había tratado de contratar tres veces. Llegamos a un acuerdo de hacer programas periodísticos, pero también querían un estelar. Me dijeron que era un estelar distinto, periodístico. Al final me convencieron”, recordó.

Eso sí, su oferta ideal vino un día después de firmar con Canal 13.

“Un día después me llaman de TVN para decirme que aceptan que haga los programas que quiero. Yo casi los maté”, rió.

Su llegada a Canal 13, donde animó el estelar Por fin es lunes, fue, sin embargo, poco satisfactoria para ella.

“Se produce un rechazo en mi contra porque se empezaron a tirar cifras de mi supuesto sueldo, que no eran ciertas, entonces algunos se empezaron a ofender”, recordó.

Pasado un año decidió renunciar a su contrato y reinventarse completamente como ingeniera comercial.

Quizás el momento más recordado de su breve paso como figura estelar fue la entrevista que le hizo a Luis Miguel.

“En esa entrevista le pregunté de todo, incluyendo mamá y papá. Voy saliendo a mi pieza con la cinta, llega corriendo un productor y nos dice ‘Nos equivocamos de cinta’, y me la quita. Le dije a la periodista que estaba conmigo ‘Fregamos, nos quitaron el video’. Y así fue, me la devolvieron cortada”, recordó Margot.

Para revisar toda la entrevista, pincha aquí.