Si bien El Discípulo del Chef llegó a su fin la noche de este jueves, se crearon varios lazos entre los integrantes del programa.
Y uno de ellos fue el que protagonizó Daniela Aránguiz con Ennio Carota, una suerte de amor y odio, que finalmente se convirtió en una estrecho vínculo que promete continuar tras el fin del estelar.
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De hecho, fue hace algunos programas que la exintegrante de Mekano explicó que “a mí me cuesta mucho tener lazos sentimentales con alguien y creo que este programa lo ha demostrado, yo con Ennio tengo una conexión súper especial”.
Agregó que “con Ennio pasó que me sentí apoyada, sentí que me estaba enseñando por cariño, no como un profesor y que él veía algo en mí que podía florecer. Tengo una gratitud muy grande por él”.
En Página 7 conversamos con el chef, quien se refirió al vínculo con Aránguiz.
“La verdad es que es recíproco el cariño con Daniela. Hubo momentos difíciles, tensos, porque yo estaba molesto, había apostado a ella, porque siempre le di una meta en la cocina, donde se notaba que le gustaba, y aposté”, partió señalando.
En esa misma línea, Carota explicó que “después las cosas se recompusieron y la verdad ha sido recíproco el cariño y encuentro que a ella le gusta, se nota, es aplicada, estudiosa”.
Finalmente, precisó que “se ha creado un vínculo muy bonito, con casi todos los participantes y en todas las temporadas, y esto es lo bonito de ser parte de El Discípulo”.